lunes, 21 de julio de 2014

ARCHIVOS DEL VIEJO HOTEL VI



ALVARITO PINA, EL BOTONES

Desconozco si existen más archivos, más manuscritos, más papiros, lo cierto es que yo no he encontrado nada hasta el momento que nos diga cómo apareció Alvarito Pina en el hotel. Sí, hay documentos que dicen que su padre era el director o el dueño del hotel, pero resulta que Pestolazzi nunca reconoció un hijo y no se sabe que hubiera otro director antes que él.

Se dice que es hermano gemelo del botones Sacarino, de Ibáñez, es posible, pero no he encontrado estudios de ADN al respecto. Lo cierto es que un día apareció por los pasillos del hotel con su inseparable uniforme. Le encanta su gorrita y los pantalones estrechos que le marcan paquete y su ancla en el hombro que le hace parecer un sargento. Con el tiempo llegaría a trasladarse en monopatín turbo, que tampoco se sabe muy bien de dónde salió, aunque se dice que fue un regalo del profesor Cabezaprivilegiada.

De él se sabe que no le gusta trabajar, al menos en exceso, y en cambio sí parece muy eficiente cuando anda alguna bella dama de por medio. Le gusta el bello sexo y le gusta enterarse de todo, mirando por las cerraduras, por las rendijas, escondiéndose en armarios, en duchas… Tiene mucha labia, cree saberlo todo y así se lo hace creer a los demás. Es un personaje entrañable del que no se sabe mucho y del que me gustaría saber más.



MANUSCRITOS

Es en el fondo un rebelde. Su padre tiene acciones en el Hotel, y un puesto importante. En realidad, lo ha sacado de un problema por tenencia de drogas, en el que el chico no tiene nada que ver, sino a través de su novia. Sin embargo, y como corre el riesgo de ir a la cárcel, el padre le ha impuesto ese trabajo, a cambio de cubrirlo a él y a su novia, además de tenerlo controlado. Que es lo que él cree. Terminado el horario de trabajo, el botones, vuelve a vestirse de heavy, vuelve a su moto y a sus correrías. Pero en el hotel, es el mejor discípulo del Conserje. Y hasta lo disfruta.

Alvarito Pina, botones-107

Alvarito es un joven muy dinámico, yo diría que hiperactivo, dicharachero y cotilla. Viste uniforme de botones, rojo sangre, con gorrita de plato. Le gusta estar enterado de todo lo que sucede en el hotel y hace encantado de correveidile, mensajero y lo que se tercie, siempre que haya propina de por medio. No en vano le apodan Alvarito Pina, el propina. Para subir las maletas a las habitaciones suele utilizar a otros botones más jóvenes con los que comparte propinas. Claro que les engaña descaradamente, él se queda siempre con la mejor parte.
login: Slictik


Al parecer, según me cuenta mi particular servicio de información, nuestro simpático botones se encuentra introduciendo por las ranuras de las puertas unos panfletos, en los que se invita a los huéspedes de este hotel a usar gratuitamente las consultas que se irán abriendo a ritmo de tango (si alguien sabe a qué me refiero que me lo diga).

Me cuentan que el consejo de Admon., siempre tan preocupado por la salud, con énfasis emocional y mental, de sus huéspedes, ha ordenado al Sr. Pestolazzi, que primero se ha cuadrado y luego rezongado, proceda a satisfacer sendas nóminas mensaules a los siguientes profesionales: Dr. Sun, terapia contra patologías y otros parásitos; D. Crisanto, mago blanco, terapia contra el mal de ojo, gafería y mala suerte en general y magia blanca amorosa en particular.

-El doctor Sun tiene consulta de 9 a 12 de la mañana, hora intergaláctica estandar, en la suite real, planta 9º, habitación 901.
-
A D. Crisanto se le ha instalado en la planta 101, habitación 10024, ventanas abiertas a los cuatro vientos, siguiendo el consejo de D. Juan, brujo yaqui. Tiene consulta de 20 a 30 horas del planeta Empatrón, sistema solar Alfa-Centauri.

Se recalca que son consultas gratuitas. Pueden pedir hora por carta manuscrita, teléfono móvil o fijo, correo electrónico o "in person". Los correos de estos generosos profesionales son, el del doctor Sun doctorsun901@hitmilsun.com. Y el de D. Crisanto, mago blanco, crisantemus10024@yahisimus.com. No se devuelve nada, suponiendo que los profesionales se hayan equivocado o metido la pata. Al entrar a sus respectivas consultas hagan el favor de rellenar el impreso H-401 renunciando a reclamaciones y querellas por daños y perjuicios. Eso es todo.

Bueno, casi todo. Se solicitan secretari@s para atender estas consultas. Interesad@s presentar currículum al botones, donde quiera que se le encuentre.

Me olvidaba que Lin-yi, profesor de taichi tiene todas las mañanas una tanta de ejercicios junto a la piscina en verano y un saloncito interior en invierno. Se avisará horario de apertura.

Eso es todo, ahora sí.























ARCHIVOS DEL VIEJO HOTEL DE LOS DISPARATES V

                    EL CONGRESO DE HUMORISTAS



La llegada de Olegario Brunelli al hotel se debió a la celebración en el mismo de un congreso mundial de humoristas. No se sabe muy bien si Brunelli ha sido invitado por el director de este congreso y presidente de la asociación mundial de humoristas, Sr. Almirante, su enemigo acérrimo, o bien ha sido Brunelli quien ha decidido comparecer por su cuenta y montar la gresca correspondiente. No se sabe quién eligió el Hotel de los disparates como sede del congreso, lo que no se ignora es que dicho hotel acaba de ser abierto, en realidad está abriéndose en ese preciso momento y anda falto de personal, aún no ha llegado el chef, Iñaki Lizorno, y el único que campa por sus respetos es Alvarito Pina, el botones.

El director Sr. Pestolazzi, que no se sabe muy bien por quién ha sido nombrado, realiza un tedioso casting para conseguir la mejor persona para cada puesto. Se sabe muy poco o casi nada del consejo de administración del hotel y a qué empresa o empresas o Holding de empresas  representa. En realidad se puede decir que todo está tan oculto que me las he visto y deseado para encontrar algún manuscrito que mencione estas cuestiones. No obstante lo poco que he hallado lo pongo a su disposición.

Aún se sabe menos del congreso, de en qué lugares se celebró en anteriores ocasiones y a qué humoristas representa y a quienes no. También se desconoce por qué se eligió un país recién nacido a la vida y en completo desorden, aunque se atisba que el Sr. Almirante, presidente del congreso, ha podido venderse al mejor postor y recibir a cambio sustanciosos beneficios que ha puesto a buen recaudo en un banco de las islas caimán, que debe tener tantos caimanes como bancos o tantos bancos como caimanes.

Se sospecha incluso que el congreso nunca llegó a celebrarse, debido al enfrentamiento entre el Sr. Almirante, el presidente, y Brunelli, aunque hay restos de manuscritos que nos cuentan los preparativos y hasta quedan vídeos sobre un supuesto show que montó nuestro humorista para entretener a sus congéneres.

Lo importante, se celebrara o no el congreso, es que fue la causa de que tanta gente se juntara en el hotel y éste llegara a ser tan conocido que incluso la ciudad y el país que lo albergó quedaron en segundo término ante su fama rutilante.


















EL SR. ALMIRANTE, PRESIDENTE DEL CONGRESO DE HUMORISTAS

Tras la segunda guerra mundial la asociación de humoristas por la paz sufrió un apagón, un guadiana, del que nuestro personaje, el Sr. Almirante, consiguió sacarla gracias a unos tejemanejes muy peculiares. No es de extrañar que el humor sufriera un duro revés durante la gran guerra y que posteriormente el mundo estuviera más para cambiar un pitillo por una lata de sardinas que una risa por un pitillito.

Fue elegido presidente en los años sesenta, tras una patética campaña en la que prometió de todo: el mejor hotel del mundo, las chicas más alegres, hermosas y asequibles, champán francés, barra libre durante todo el congreso y condiciones de trabajo de lo más higiénico y seguro. Semejante propuesta no podía por menos que ser apoyada por todos los humoristas del mundo por unanimidad. Como bien se sabe estos alegres pájaros cantores gustan de todo lo que la vida puede entregarles generosamente y aún gustarían de más si lo hubiera o pudiera ser imaginado. Almirante cumplió su promesa gracias a la subvención en dinero negro de la mafia de las Vegas. La condición era que lo blanquease hasta dejarlo más limpio que una patena. A cambio ellos correrían con todos los gastos del congreso.

No es de extrañar que los humoristas se vieran alojados en el mejor hotel del mundo, El Piramidal. Una gigantesca pirámide con palmeritas en los jardines y un casino impresionante donde debería estar la cámara del rey, lugar donde como todos saben se deposíta el sarcófago del faraón. Tuvieron tanta barra libre que alguno ni se acordó que era humorista y tuvieron que sacarle los chistes a patadas. En cuanto a chicas hermosas y asequibles la dirección del hotel hizo desaparecer a las doncellas a las horas reglamentarias de ponencias y espectáculos. En aquel tiempo no existían humoristas femeninas. ¡Y mira que lo sintió Olegario Brunelli!. Entonces un jovencito sin barriga y con todo el pelo en la cabeza, que comenzaba sus pinitos de humorista en cabaretes de mala muerte.

Los humoristas atravesaron la delgada línea roja que separa el humor de la política y se dejaron comprar. ¡Así como suena!. Se corrompieron por unos tragos y unos besos. ¡Cuanta miseria hay en el mundo para que unos personajes tan íntegros se vendieran por un plato de lentejas!. Y no me pidan que les cuente más sobre este primer congreso porque hasta un negro de la pluma, mal pagado y menos conocido, hasta un miserable gusano como este narrador, tiene su corazoncito y su integridad a toda prueba. Claro que sus convicciones éticas, las de este narrador, son tan flexibles como el peso del oro con el que se le intente comprar. Es decir a más oro más flexibilidad. Lo malo es que nadie ha intentado comprame. ¡Buaaahh!.

Los humoristas dicen de Almirante que en sus tiempos hizo reir a los diplodocus. Y lo dicen no solo por su provecta edad sino porque ni los más viejos recuerdan uno de sus shows. Jubilado de humorista, se dedicó a organizar la asociación mundial de humoristas AMH (pronunciado amé a H) allá a principios de los años sesenta. Se puede decir que el primer congreso exitoso tuvo lugar poco antes del asesinato de Kénedy. No cuenta un congreso realizado en París en el año 1946, que fue un rotundo fracaso. A este congreso asistió Almirante, un jovenzuelo con ansias de ser corrompido. Emprendedor como era sembró en la tierra sus esfuerzos y estos dieron tanto fruto que el 20º congreso, celebrado en las Vegas, en el hotel Piramidal, fue un formidable éxito. Gracias en parte a la subvención de varios millones de dólares de la mafia local. Parte de los cuales se los embolsó el propio Almirante. Muchos dijeron que la mafia, siempre tan divertida, había hecho una cuantiosa donación con la clara y tajante condición de que se prohibiera a los humoristas meterse con la cosa nostra.

Almirante comenzó a tener fama de mafioso. La fama de humorista-enterrador, que nunca cuenta un chiste ni aunque le maten, ya la tenía desde tiempo atrás. La oposición, formada por cuatro humoristas gamberros, a la que se apuntó nuestro Brunelli (en sus años juveniles se apuntaba a un bombardeo y eso que es hombre pacifista donde los haya) castigó al Sr. Almirante con las parodias más sangrantes de la historia del humor. Las bromas que le gastaron están ahora en las antologías del humor, cruel, negro como la noche y despiadado como un pistolero sin plata en la bolsa... Por cierto pueden comprar a la entrada del salón de congresos las antologías de humor números uno,dos y tres, ilustradas por el gran Firges. Muy baratas, oiga. Y si alguno quiere colaborar en la antología del humor por la paz, número cuatro del catálogo, ya puede ir dándole a la risa.

A pesar de ello Almirante continuó erre que erre. ¡Lo que cuesta renunciar a una poltrona!. Me recuerda una canción, con música de tango, que dice: "Sillón de mis entretelas, mi despachito oficial", etc etc. Lo que le salvó al Sr. Almirante de la debacle fueron los congresos. Excepto los diez primeros, entre 1946 y 1956 (¿recuerdan?, segunda guerra mundial, proceso de Nuremberg, se descubren los campos de concentración nazis, etc etc) que fueron muy poco concurridos (faltaron los hermanos Marx y Woody era aún un niñito repelente). En ellos Almirante pronunció extensos y soporíferos discursos sobre el nuevo mundo que se avecinaba y que iba a ser una delicia (guerra de Vietnam, guerra de Corea, crisis de los misiles, guerra fría,etc,¡qué gran chiste!). Asistieron, mal contados, dos humoristas temblorosos y hambrientos, sacados de un cabaert de mala muerte y que fueron muy bien pagados para que intentaran hacer un poco de humor negro sobre el racionamiento.

Digo que con excepción de estos años, los congresos posteriores fueron un gran éxito. En uno de ellos, incluso,tocaron los Beatles. Gracias a estos ídolos y a la concurrida asistencia de humoristas los congresos posteriores despegaron como cohetes a la luna. Gracias hay que dar a la señora o señorita inglesa que inventó la minifalda. Fue ella y las histéricas minifalderas, fans de los Beatles, las que hicieron de aquel congreso una fecha inolvidable que nunca será olvidada. Se cuenta incluso que una minifaldera se prendó de Olegario Brunelli, de tal forma que éste ya nunca puso pegas a que Almirante organizara los congresos.

Pero esta es una larga historia que les contaré en otro momento. Porque ha llegado el momento de inaugurar el congreso y hay aquí un jaleo de mil demonios, todo el hotel está patas arriba.









miércoles, 2 de julio de 2014

ARCHIVOS DEL VIEJO HOTEL IV



  PERSONAL DEL HOTEL

El esfuerzo de imaginación que supuso crear un hotel de la nada, decorarlo, situarlo en el tiempo y en el espacio no tiene nada que envidiar al gran trabajo que supuso esbozar y poner en pie a todo el personal del hotel, comenzando por su director, el Sr. Pestolazzi, hasta el último mono, que bien podría ser el botones, Alvarito Pina, si bien en el hotel de los disparates nunca se respetaron las jerarquías y la lucha por el poder se llevó con muy buen humor en todo momento.

La logística y la metodología sufrieron grandes cambios y se fueron adaptando a las necesidades del hotel, de sus personajes, empleados y clientes. En los archivos del viejo hotel aparece toda la evolución, hora por hora y minuto por minuto, ya que cada paso se documentó y se temporalizó en el correspondiente foro.

A continuación saco a la luz algunos manuscritos relacionados con la estructura, logística y metodología de los primeros tiempos del hotel, sin olvidarme de aquellos primeros esbozos de personajes, un tanto ingenuos pero tan tiernos y conmovedores como la foto de un bebé para el adulto.







Gracias amigos. Espero Hele que me digas dónde coloco el hotel, si en el cuento colectivo o prefieres hacer un nuevo apartado. Antes daré algunos antecedentes para los nuevos que no conocen de qué va la historia. Retomaremos los personajes cuando los autores seamos los mismos o crearemos otros nuevos para quienes se apunten.

    El hotel "Joie de vivre" o el hotel de los lios como se le conoce más coloquialment está situado en un país que nadie conoce porque es tan chiquito y ha pasado tan desapercibido en la política internacional que allí podremos hacer de nuestra capa un sayo sin que nadie nos moleste. Iré dando apuntes de cómo es el hotel y cómo son los personajes que ya llevan un tiempo danzando por allí. Espero a que Hele me ubicue y comenzaré con una descripción somera del hotel, de los personajes y de las historias que hemos tratado.

   Ahora paso a esbozar el nuevo formato a ver qué os parece. Para ello me baso en el formato de alguna serie televisiva que me parece muy aprovechable. Es decir. Cada autor situa la acción en el tiempo y en un lugar concreto del hotel. Por ejemplo pongamos que Brunelli se encuentra hoy 11-9-05 a las 13 Pm en su habitación del hotel, pongamos la 313, roncando como un bendito y soñando con cosas extrañas y surrealistas como acostumbra a soñar él. El autor, en este caso Slictik, situa la acción, la describe y se explaya individualmente en un texto que podría titularse: los sueños de Brunelli.

     Bien. A continuación otro autor situa su personaje en el tiempo y en el lugar que más desee. Creo que voy a estudiar las posibilidades de que no hay un tiempo lineal, sino que se pueda avanzar o retroceder o situarse tranquilamente en el presente. Incluso los acontecimientos podrían interconectarse saltándose el tiempo. Imaginemos que Filo camina por el pasillo y oye los ronquidos de Brunelli, decide despertarlo porque le molestan mucho y porque le parece que las 13 horas es una hora muy avanzada para seguir durmiendo.

    Aquí podría actuar golpeando la puerta hasta despertar a Brunelli, tirándola abajo o cualquier otra cosa que se le ocurra. Pues bien. Se me ocurre que cada autor puede manejar a su personaje como desee invitando a otros autores y personajes a participar. Estos pueden hacerlo o no según les cuadre o les parezca oportuno. Por ejemplo Brunelli se puede despertar y preguntar a grandes voces quién es el que llama a hora tan temprana. Filo con un hilillo de voz, porque siente pánico de la reacción de Brunelli, se presenta y le invita a bajar al restaurante. Aquí Brunelli puede decidir darse una ducha rápida, vestirse de cualquier manera y bajar a comer con Filo. O puede mandarla a freir espárragos y quedarse dormido tan rícamente.

    En esto consiste básicamente el nuevo formato y la mayor independencia de cada autor. Sus personajes viven su vida en el hotel a su manera y se relacionan o intentan relacionarse con otros como en la vida misma. Por ejemplo si aquí Brunelli se quedara dormido y mandara a freír espárragos a Filo, ésta podría vengarse en otro momento no respondiendo a un saludo del humorista number one y mirando para otra parte.  Cada cual puede utilizar el hotel como le plazca -incluso hacer que vengan unos albañiles por él contratados y tiren paredes y edifiquen nuevas dependencias-. El hotel se puede estar destruyendo y reconstruyendo por cada autor a su gusto y gana.

      Si todos los autores quedan de acuerdo y sus personajes también - que son muy suyos y pueden decidir lo que quieran- se pueden trabajar determinadas escenas en el chat, como hacíamos antes. Con otro formato que estoy estudiando.

     Los que se apunten de nuevos pueden crearse sus propios personajes -con mi ayuda, si lo desean- o aparecer por allí a su gusto y gana, en la piel de un turista o de un policia que viene a investigar o de un caco que viene a robar.  Mientras se decide intervenir o no y con qué personajes yo puedo ir describiendo el hotel y los personajes para que los nuevos vayan tomando asiento. Si le parece bien a Hele podríamos hacer un apartado de personajes con sus respectivas biografías para que  los autores conozcan a los personajes. Los personajes ya se conocen entre sí o no y deberán conocerse. Eso corre de su cuenta.

   Bien, espero vuestras sugerencias y comenzaremos a trabajar sin prisa pero sin pausa. De momento yo comienzo a trabajar en el sueño de Brunelli en la habitación 313. Un abrazo.
Aunque ustedes no se lo crean es mi deber informar de un hecho realmente insólito. Unos días antes de la inauguración del congreso de humoristas globalizados por la paz, se produjo un acontecimiento de hondo calado en la opinión pública, también globalizada. De los tanques criogénicos "Vitam post mortem", en Kansas city Kansas, salieron por sus propios pies y tomando el pelo a cuantos les rodeaban, los genios más grandes de la historia del cine y de la historia en general.  El Gordo y el Flaco, los hermanos Marx, Buster Keaton y muchos más que ahora no tengo tiempo de citar.

      Se ignora a qué se debió semejante milagro. Lo cierto es que los tanques criogénicos comenzaron a chisporrotear, sonaron las alarmas, se produjo un follón de mil demonios y cuando el consejo de administración en pleno de "Vitam post mortem" llegó al lugar de los hechos, ya andaban danzando por allí, en pelota picada, naturalmente, porque las ropas no pueden ser criogenizadas, no sé si ustedes ignoraban este hecho.  No es para ser descrita la escena. Nos limitaremos a constatar que facilitarles ropas adecuadas a los resucitados no fue tarea fácil y sí muy divertida para ellos, para los cómicos, que se encontraban en plenitud de facultades físicas y mentales.

      Se comenta que un científico loco, de esta empresa loca donde las haya, inyectó en las tuberias de plático que suministran lo necesario a los tanques un nuevo remedio que estaba experimentando: el cura-lo-todo AZ elevado al cuadrado.  Esta parece ser la causa más lógica de lo acaecido. El Gordo, nada más salir de su tanque en pelota picada, se rascó las almorranas, descubriendo con asombro que ya no tenía almorranas.  En cuanto le encontraron un traje adecuado y comió por los años que no pudo hacerlo (pidió hamburguesas con cebolla y pepinillo)  se enteró de lo sucedido. Su amigo El Flaco compareció a su presencia rascándose la cabeza, para descubrir asombrado que ya no le picaba. El Gordo solicitó información no del año en que se encontraba la humanidad, que no le interesaba nada, sino del humor que se estaba haciendo actualmente.

      Quiso la suerte que una bella azafata, allí presente, hubiera visto la noche pasada un programa de la CBS en el que se encomiaba el congreso mundial de humoristas por la paz del mundo que se estaba celebrando en el Hotel Joie de Vivre. No hizo mas que enchufar el televisor y apareció el rostro de Brunelli ocupando toda la pantalla. Respondía a una pregunta de una intrépida reportera de televisión.

      -¿Puede decirme, señor Brunelli, qué espera de este congreso de humoristas por la paz en estos tiempos de violencia y crujir de dientes?.

       Al Sr. Brunelli le entró la bien llamada risa tonta y no hubo manera de sacarle respuesta alguna.

       -¿Quién es ese payaso, ese tal Brunelli?. Clamó el Gordo a grandes voces.

        Es el humorista number one - le dijo la linda azafata, la más bella entre las bellas seguidoras de Brunelli- al menos es lo que él dice.

        -Con que sí, ¡eh!, a ese payaso le voy ahora mismo a demostrar qué es humor y que los clásicos nunca morimos.

         El Gordo cogió al Flaco del bracete y, rascándose la cabeza compulsivamente, me refiero al Flaco,  los dos cogieron a la azafata con las manos que les quedaban libres y salieron de estampida hacia la zona de administracción donde en un santiamén les  consiguieron pasaje en el primer avión hacia Ciudad-Luz.

       Casi lo mismo pasó con los hermanos Marx y con otros viejos cómicos resucitados de improviso. Pero esa es otra historia. Lo importante es que Brunelli recibió un largo telegrama, lleno en un 90% de elogios y el resto con la escueta información de la resurreción de sus ídolos. En un principio creyó que se trataba de Priscila,  por la longitud del telegrama, pero enseguida cayó en la cuenta de que su oronda figura era admirada en medio mundo. Se prometió visitar algún día a su linda admiradora anónima, la azafata de Vitam post mortem,   para mostrarle su gratitud. Claro que tendría que esperar a que terminara el congreso y a que sus fobias y manias obsesivo-compulsivas se atenuaran. Para lo último podía contar con el Dr. Sun y para lo primero ahora contaría conla presencia de los más grandes entre los grandes. ¡Suerte que tiene Brunelli !, a pesar de considerarse uno de los peores gafes que se conocen.


PRESENTACION DEL HOTEL EN LA NUEVA PAGINA.


   Nuestro hotel se llama “Joie de vivre”. Nadie sabe muy bien la razón. El botones comenta que se debe a la amante del presidente del Consejo de administración, una francesita que cuando quería juerga le decía al mochales del presidente: ¿no te apetece un poco de joie de vivre”?. Entre nosotros lo conocemos como el hotel de los líos, algo que se ajusta más a la realidad. Es el hotel ideal para los escritores saturados de personajes. Se dejan allí, a su aire, y el escritor se marcha a otro hotel más tranquilo. Cómo inscribirse en el hotel, su historia, sus personajes y muchas más cosas las podrán encontrar dentro. Esto queda a la entrada, como epitafio... digo como... como lo que sea. Entren y diviértanse, jeje.


martes, 1 de julio de 2014

ARCHIVOS DEL VIEJO HOTEL III

ESCENA EN EL HALL



Apenas inaugurado el hotel,poco tiempo después de haber nacido Lucencia a la socciedad de naciones,una media hora después de haber aterrizado Olegario Brunelli en el aeropuerto de Ciudad-Alegría, el destino o en este caso el capricho del narrador sitúa a nuestros personajes en el hall del hotel que o se describe muy bien, tal vez porque el narrador estaba más atento a lo que sucedía allí que al decorado. Nos podemos hacer una idea de cómo era el hall de este pretigioso hotel a través de alguna fotografía que se conserva en los archivos.




ESCENA EN EL HALL

Lo mismo que les ocurre a nuestros personajes nuestros narradores aún no se conocen, pero lo harán pronto, en el mundo paralelo dedicado a estos pequeños dioses de la ficción. Allí tejerán la suerte de sus personajes lo mismo que hacían las Parcas o discutirán entre sí la manera en que sus criaturas tengan el mayor protagonismo posible en la historia.
En este Parnaso, como hacían los dioses griegos en el Olimpo, discutirán y se pelearán defendiendo a sus personajes y el discurrir de la historia. El autor de Olegario Brunelli ha tomado un nombre de dios para entrar por primera vez al Parnaso. Se hace llamar ahora Rasec. Esta especie de Olimpo es como un gran hotel, solo que exclusivo para los dioses de la ficción, donde se puede dormir o degustar un buen plato en el comedor o emborracharse de ambrosia y ponerse a discutir con autores desconocidos sobre la suerte de sus personajes.
Rasec se liba sus buenas raciones de ambrosía, el nectar de los dioses, y se pone a pensar en la suerte que sufrirá su criatura, su hijo predilecto, Olegario Brunelli. Le gustaría discutir con los otros dioses de la ficción la suerte que sufrirá su amada criatura. Pero ya es tarde. Otra vez será.


El destino gusta de jugar al billar utilizando el tiempo y el espacio. Por eso no es de extrañar que dentro de un momento se vaya a producir una genial carambola. Será un tanto esperpéntica como los personajes que la van a protagonizar. No se puede pedir al destino que no haya tropezones en la trayectoria de las bolas cuando éstas son cuadradas en lugar de redondas".

Olegario Brunelli estaba más preocupado de su peluquín al llegar a la puerta del hotel "Joie de vivre" que de su entorno. No es de extrañar que no advirtiera las dificultades que ésta le ofrecía. Se trataba de una puerta giratoria, de esas con varios compartimentos que dan vueltas y vueltas, y si uno no anda vivo nunca acaba de pasar al otro lado.

Olegario notó que chocaba contra alguien. Elevó ambas manos a la cabeza para sujetar el peluquín y de pronto se vio sentado en el suelo. Sentada unos metros más allá se encontraba una mujer que le llamó la atención. La observó con pasmo. Ella le miraba y se reía con ganas.

-Senor discume muco mis mientes le salen.
-Me commende uste?
-Oh, sí, querida amiga. Voy a ayudarla de mil amores.

En el Parnaso acaba de entrar Animix quien discute con Rasec sobre su aportación a la historia. Ambos acaban poniéndose de acuerdo sobre el hilo a seguir, tras una copiosa libación de ambrosia. El dios Rasec permite que la diosa Animix tome la palabra.

El Conserje está atento a Matilde Metildé, sin dejar de mirar que en el hall principal está pasando algo que debiera contener, aunque sería importante que primero se enterara de qué se trata.
Pero no necesita buscar un pretexto, aunque ya le ha hecho una seña al botones que esperaba instrucciones, para que fuese adelantándosele. Matilde abandona su peligrosa sonrisa brillante, para volver a mirar (es un decir), hacia el lugar al que ya mucha gente está mirando.
Le interesa, y como no ve más que como a través de una nebulosa, se acerca para ver. Como siempre, a grandes zancadas, sólo superadas por el botones, de escasos veinte, alto, flaco, y agilidad acorde. El pobre conserje, que es pequeñito, esmirriado, y a los que los cincuenta le están pesando más de lo que debiera, va detrás, dejando el alma en el aliento.
Cuando llega cerca del lugar, encuentra a un hombre en el suelo. El hombre moreno y calvo que le parecía distinguir, y a una mujer, caída en cuclillas, lo que a Matilde le hace pensar que quizá se trate de un parto adelantado. Pero ninguna parturienta necesita a un señor tirado en el suelo, lloriqueando cosas en italiano que se refieren a su calva y a que no puede pensar.

La mujer, que Matilde no sabe que ha perdido su dentadura postiza, y mucho menos que se ha caído sobre un peluquín, habla con dificultad, para expresarse, escupiendo lo poco que dice:
Filo: mmmmmm señor, discume, musco mis mientes...
Filo se siente incómoda sobre algo sobre lo que ha caído y no entiende qué es. Olegario, quiere recuperar a toda costa su peluquín, y no le importa tironear de él, que está debajo del trasero de Filo.
-"Ay", piensa Matilde". "Aquí, en público" " Este hombre le mete la mano a la pobre mujer sin ningún disimulo!" "Es típico, según el libro de ese profesor de la Universidad de Maupentiers, que el sexo en público se debe a una represión infantil, cuando la madre..."
A esta altura, Matilde tropieza posiblemente con los dientes de Filo, y cae sin poder encontrar en el índice del libro que hojeaba mientras se acercaba, el tema en cuestión.
La mujer que Matilde no sabe que se llama Filo, le dice:
Filo:merdone, ¿ eso que tiene ahí en su mano son mis mientes?
Matilde no le entiende nada, solamente que le pregunta si tiene algo en la mano, y sí tiene, pero se ha colgado, no sabe lo que quería decir sobre el tema del que ya no se acuerda, y despatarrada sobre el suelo, abre el bolso que lleva con los libros, revuelve, mientras Olegario sigue tironeando y quejándose, y Filo sigue pidiendo por sus diente, hasta encontrar un pastillero enorme, desproporcionado. Duda. Tiene cinco colores de pastillas distintas, cada una para un caso diferente. Opata por la roja, y la traga sin dificultades, y se queda un rato mirando lo que puede, alrededor.
Un hombre maduro, que Matilde no sabe que es Irreverente, y tampoco sabe que es maduro, si no lo ve más de cerca, decía con voz melosa:
Irre: -Puedo ayudarles, gentiles damas?
La píldora surte efecto de pronto.
Matilde:-¡ jajajajajajajajajajajaj!-. Bienvenidos los caballeros y no tanto,¡jajajajajajajajaj!
Irre:- Asssias, bella dama. Sin duda debo estar en el cielo, ya que me rodean los ángeles.
Matilde:-¡jajajajajajajajaj! Ay, salga.¡jajajajajajajaj!
Pero Matilde se da cuenta de que esa risa no está en consonancia con la situación, así que, aferrando el pastillerón como si fuera un arma, saca una pastilla, la estudia, es una blanca, y la traga con más dificultad, porque es de mayor tamaño.
Filo:-mmmmmmm señor, necesito ayuda.
Irre:-De mil amores, ¿qué necesita usted? -el tono de Irre es de una melosidad casi molesta, o que mueve a risa, según se vea.
La pastilla es la indicada. Matilde se vuelve comprensiva:
Matilde: Está usted bien, señora...¿O debiera decir, señorita?
Y dirigiéndose a Olegario:
Matilde: -Señor, señor, usted,¿se ha lastimado?
Olegario sólo quería recuperar su peluquín y largarse cuanto antes. De pronto comprende que tiene delante de sí una maravillosa escena para un show. Una señora muy amable, le estaba preguntando si se sentía bien.¿Cómo podía sentirse bien con su peluquín en los suelos.
Olegario:-Disculpe, señora, necesito mi peluquín, sin él no puedo pensar.
Filo:-no muedo hablar y enecisto mis mientes y además hay algo que me molesta debajo del trasero...¿modría usted ayudarme?
Matile:-Bueno, señorita, en fin, no me parece apropiado que el señor, en fin, le ande removiendo el trasero, aquí, con tanta gente alrededor. Mejor la ayudo yo,¿quiere?
Olegario: -Lo siento, señora, no puedo pensar. ¡Ustedes! podrían ayudar, y dejar de reírse.
-No se ponga así, señor, pero la gente es obsesiva, y más si usted pone su inquieta mano en puntos que dan cierta incomodidad.
Irre, de comedido, revisa afanosamente todo el lugar. No sabe realmente qué busca, pero poco le interes, mientras pueda mostrarse atento con las damas que le observan.
Olegario:- Gracias, señora. Y usted, amable caballero,¿podría ayudar a la señora a encontrar sus dientes?
Filo:- Mientras no me haga caer mis mañuelitos que están en mis senos, tironee despacito.
Matilde:- Ya decía yo sobre la falta de pudor del sexo en público.
Mira hacia Filo, que en posición desgarbada, deja ver el peluquín que le asoma desde debajo del trasero.
Matilde:-¿Y esos pelos?
Irre(que sigue en la suya, a Olegario)- Por supuesto, amigo, de hecho lo estoy haciendo en este instante. Habré de hallarlos en menos que canta un gallo.
Matile(que sigue en su obsesión)-¡Cierre las piernas, señorita, que está mostrando todo.
Filo:- Tengo várices, celulitis, calambres, ácido úrico y me muesma moverme.
El botones, con cara de póquer, sin embargo, está perdiendo la compostura. El conserje, antes de que las cosas terminen de írseles de las manos:
Conserje:- Vení, pibe. Ayúdame con este desastre.
En ese momento, llega el bailarín de tango, que mira la escena y a su compañera, con cara preocupada, pensando que algo grave ha sucedido.
Conserje:- Por favor, señores, tranquilidad. Tran-qui-li-dad. Ya he llamado al médico del hotel, para que chequee que no se han hecho daño.
Mientras tanto, entre todos, (hay muchos curiosos que se han acercado al lugar del choque), tratan de levanta a Filo. Ela no colabora.
Filo advierte el peluquín que asoma entre sus piernas, y se asusta.
Matilde le hace gestos, que intentan decirle que tape sus intimidades, pero que, dado cómo los hace, pueden parecer de lo más obscenos. Filo cree que está mostrando algo indebido, y apurada, mete en su lencería, pensando que así disimula sus intimidades.
Matilde nota la incomodidad de Filo, pero ve menos que ella. Sin embargo, con esa voz disfónica de cigarrillo y aguardiente, le dice, tratando de ser lo más suave, y contenedora:
Matilde:- Tranquilícese, señorita, yo la voy a ayudar.¿Nunca leyó el libro del Dr. Efémides, "El secreto de la genitalidad femenina?"
En realidad, Matilde porque no ve, los demás porque no se animan, nadie le hace entender a Filo, que eso que tiene entre su ropa interior, no es parte de su cuerpo.
Olegario se da por vencido, cree irrecuperable su peluquín. Le pide al botones una infusión, y se va al salón a esperar el desenlace. Está temblando de pies a cabeza, y no cesa de repetir:
Olegario:- Sin el peluquín no puedo pensar, no puedo pensar...
Con delicadeza, el conserje le pasa la dentadura a Filo.
Matilde, insiste en ayudarla:
Matilde:- Señorita, yo creo que será mejor que la acompañe al toilette para ayudarla.
Al sujetarse de Filo, la vuelve a tirar al suelo, y vuela debajo del mostrador, al fin, el peluquín de Olegario.
Filo:-Cuando logre estabilizarme, señora, iré con usted con mucho gusto.
El botones, con agilidad adolescente, ataja el peluquín como si fuera un balón, y se lo pone a la calva de Olegario, claro que de cualquier manera.
Matilde, que no ve hasta el salón, ve esos pelos tapando la cara de Olegario, y empieza a gritar escandalosamente:
Matilde:-¡Ayyyyyyy!¡Qué tiene en la cara ese hombre!
Pero cada uno está en lo suyo, y nadie la escucha demasiado.
Olegario se acomoda el peluquín con esmero, y se va calmando:
Se ríe, llora, se calma:
Olegario:-Ya puedo pensar... Ya puedo pensar...
Filo:- Ya puedo hablar sin mmmm, ya puedo masticar, ya puedo...
Filo: - Señor de la nariz deteriorada... disculpe, ¿podría usted decirme si ese pañuelito rojo lo sacó de mi seno?
Irre observa la escena, bastante avergonzado. Efectivamente, el pañuelo que tenía entre las manos no era el suyo.

Han entrado en tromba al Parnaso nuevos dioses dispuestos a pelear por su trozo de historia. El dios Nobel Solrac puja porque su personaje, el gran Irre, tenga más papel. Rasec le dice que puede coger la pluma de ganso divino que tiene al alcance de su mano y escribir su propia visión de esta divertida historia humana.
La diosa Eleh entra acompañada del dios del caos Atsinoednab y ambos reclaman más voz para sus personajes. Se produce una larga discusión de la que Rasec ignora sus consecuencias, a pesar de sus conocidas dotes adivinatorias.

En una nueva sesión, estos nuevos dioses modernos, discutirán lo que han de hacer con sus criaturas y trazarán con mano firme su destino.


ARCHIVOS DEL VIEJO HOTEL DE LOS DISPARATES II







LUCENDIA O EL PAÍS DE LA ALEGRÍA Y SU CAPITAL CIUDAD-LUZ

El hotel de los disparates tenía que existir en alguna parte, haberse levantado sobre un suelo, y como todos sabemos el suelo pertenece a un país que se diferencia de otro porque alguien ha trazado unas fronteras en un mapa. Puede que la línea divida un trozo de llanura de otro o la cumbre de una montaña, ara un lado es un país y para el otro un pais diferente. Esto que suena de manera tan surrealista y esperpéntica, visto así, en teoría, en la práctica funciona igual y sin embargo nadie se queja o lo ve tan extraño como para tirarse de los pelos. Así son las cosas y poco podemos hacer los mortales al respecto.
Lucendia es un pía diminuto, no es tan insólito si vemos la extensión de los países más diminutos del globo terráqueo, como San marino, Andorra Lienchestein o como se diga, etc, etc. Pues bien, hay uno más, se llama Lucendia. Aunque no aparezca en los mapas eso no significa que no exista, es fácil que a los cartógrafos se les haya pasado, al fin y al cabo es tan, tan pequeño y todos saben que los cartógrafos beben güisqui como cualquier hijo de vecino o se esnifan una rayita de coca antes de ponerse a trabajar (algo tan de moda en estos tiempos).
Cómo es Lucencia y cómo es su capital. Ciudad-Alegría.
HISTORIA DEL PAÍS DE LA ALEGRÍA









HISTORIA DEL PAÍS DE LA ALEGRÍA
Los países nacen como los champiñones, de un humus putrefacto. La tierra es de todos, decían los apaches, puesto que el gran Manitú nos la entregó a todos y no designó a nadie jefe de nadie; no separó las tribus con cercados, ni puso un letrero a la entrada de cada parcela. Bien, eso es cierto. Lo que no impidió que las tribus guerrearan entre sí por un quítame allá ese coto de bisontes. Así es la naturaleza humana.




Por esas razones y no otras los países nacieron: por capricho de reyes absolutistas, por tratados torticeros, por conquistas violentas, por guerras de los treinta o de los cien años, por compras a bajo precio o por cualquier otro motivo que se les ocurra. Tras estas cuestiones hay dinero, siempre hay dinero (ese papelito inventado por Monsieur Moneoi).

El país de la Alegría no podía ser menos, ni librarse de estas servidumbres. Su nacimiento tuvo que ver con una dictadura que cayó como fruta madura y con unos ricachones, aposentados en sus costas, que subvencionaron con ingente “móney” a un aspirante a la presidencia. A cambio exigieron la independencia del trozo de costa donde habían situado sus mansiones.

Así un día cualquiera de un mes cualquiera, de un año cualquiera (las fechas solo sirven para romper la cabeza de los estudiantes de historia) se oyeron trompetas en la plaza del Ayuntamiento de la villa, una ciudad costera, pequeña y turística, se izó una bandera, naranja, con ribetes azules y verdes, y en el centro de la misma un bikini sobre una playa amarilla y un mar azul cielo.

Un hombre de paja, lameculos profesional, leyó un discurso, lírico y heroico, dando la bienvenida a la vida al nuevo país. Tras él un nutrido grupo de millonarios en bermudas y sus esposas, en bikinis, brindaban con champán.

El país se sentía democrático. Las elecciones se convocarían dentro de una anualidad, el parlamento se elegiría por… un bikini o una bermuda…un voto, y las fuerzas armadas y de seguridad estarían formadas, provisionalmente, por los matones y guardias de seguridad gentilmente donados por aquellos ínclitos ciudadanos que tenía a sus espaldas. Quienes ofrecían en el día de hoy, fiesta nacional, comida y bebida gratis a todos los habitantes del nuevo país. Esa noche habría fuegos artificiales y barbacoa en la playa. Habría baile por calles y playas, amenizado por orquestas caribeñas y agrupaciones samberas y al día siguiente sería nombrado un embajador ante la ONU, encargado de conseguir suficientes votos para que la nueva nación fuera admitida y reconocida en la sociedad de naciones.

Esa misma noche se inauguró el Hotel “Joie de vivre”, posteriormente conocido como “Hotel de los disparates”. Se encontraba vacío, por no haber no había ni personal. Por eso fue invadido por la turbamulta, quien se apoderó de las habitaciones y suites más lujosas, donde hicieron lo que les vino en gana, a pesar de los esfuerzos de su nuevo y desconocido director, el Sr. Pestolazzi, nombrado por el consorcio de millonarios anónimos, propietarios del edificio.

Continuará