- ¡ Jucar, Jucar
! -
- ¡ Hombre, que
me rompes los tímpanos con tus gritos ! ¡ ya va ! ¡ ya va ! ¡ ah !, como he de
añorar los tiempos de antaño, en que este rincón era un lugar de paz ! -
- ¿ Hombre? ¿ has
osado tú, llamarme hombre? ¡ Guardaos amigo de enfurecerme, pues un ínfimo
soplo de mis labios bastaría para reducir todo esto a cenizas ! -
- Pues, advierto
que sin más ayuda, lo estáis logrando -
- Ah!, la ironía.
Poco ha tardado en salir a escena. Era previsible, desde luego ¡ bendito el
instante de poca sabiduría en que consentí en llegar a este sitio ! ¿ que
podría yo esperar, tratándose de poetas ? -
- ¿ No os agradan
los poetas? -
- Ciertamente -
- Poderosos
motivos has de tener para ello -
- ¡ Desde luego
!, ¡ sin duda alguna! ¿ sabes cuantas almas me cuesta cada poema de amor ? ¡
Pues son tantas que he dejado ya de contarlas ! Llegan abajo, gustaban
broncearse a sus anchas y, cuando se sienten cumplidos, me abandonan prendidos
en la cola de un verso. ¡ No hay derecho, caramba! ¿ Acaso soy el regente de
una colonia de vacaciones ? ¿ Y piensas, que, por ventura, les remuerde el mal
que me causan? ¡ Pues no, insisten los muy benditos ! Y evocan la vida, la
armonía, la belleza, la amistad, la paz ¡ mal rayo los parta ! ¡ Claro, así es
muy fácil , pluma, papel, el hálito del Otro que se los hace llegar a
hurtadillas, cuando le vuelvo la espalda y ya ! ¿ Alguien de ellos se digna a
pensar en mí ? Creen acaso, que me place trabajar noche y día sin el descanso
del sueño reparador ? ¡ no, que va, si total el pobre Sata es el último orejón
del tarro ! -
- Pues, desde ese
punto de vista... -
- Bah!, amigo
Juanchi, no hablemos de esa gente -
- Yo soy uno de
ellos -
- Pero en tu caso
es distinto -
- ¿ Por qué
razón? -
- Porque conoces
a las damas de éste lugar -
- Veo que os
aflora el diablo -
- Es natural eso
en mí -
- ¿ Deseas
visitar el rincón? -
- Nada me
propiciaría, amigo, mayor placer -
- ¿ Nos disculpas
Carlos ? -
- Desde luego,
Juan, realmente no envidio tu compañía -
- Por aquí,
caballero -
- ¡ Otra vez las
agresiones y van...! -
( Un par de horas
han transcurrido desde que se marcharon don Sata y Jucar. Bajo la sombra de la
parra, jarra de horchata de por medio, Hipo diserta con excelencia frente a un
confundido Carlos que busca desesperado el auxilio de su limitado intelecto.
Distinto sería, claro está, si contara con la asistencia de John
Cabezaprivilegiada, pero hallándose ausente el susodicho, flotaba su solitaria
neurona entre las nubes del amplio hueco de su corteza sin que emerja de tales
brumas la luz salvadora del entendimiento: " ¿ Y como era eso de la vida
sexual del paramecio...?"
Nítidamente se
oye el canto de las aves y, por un breve instante parece haber recobrado el
rincón su calma, en otro tiempo habitual. Ilusión ésta que, por cierto, no ha
de tardar en ser destrozada)
- ¡ Carlos,
Carlos! -
- ¿ Vos otra vez?
- ¿ Esperabas a
la Yifer ? -
- Seguro que
Jucar te ha echado flit porque agotaste su paciencia. -
- Pues no, quedó
junto al servidor -
- ¿ Y porqué te
echó flit? -
- Ya te dije
que...
- Quisiste
manguearle la contraseña -
- ¿ Como supiste?
-
- Porque te
conozco, ¿ cuando vas a cambiar? -
- ¿ Creés, acaso,
que soy un ángel ? -
- ¡ No me hablés,
que ya me estás haciendo pasar papelón ! -
- ¡ Ah no,
compadre ! ¡ en eso te arreglás muy bien vos solo ! -
- Hacéme un
favor, no me hablés -
- Con todo gusto
-
-............................................................................................................................
-
- ¿ Carlín ? -
- ¿ Que querés ?
-
- Hacéme gamba -
- ¿ Qué ? -
- Tiráme el
carrito -
- ¿ Con quién? -
- ¡ Con las
chicas, zopenco, ¿ con quien más va a ser ? -
- ¿ Las viste? -
- Ciertamente -
- ¿ Y van a
venir? -
- Más tarde -
- ¿ Y vos querés
que les hable bien de vos? -
- Porfi -
- Ni en pedo -
- ¿ Porqué ? -
- Porqué sos malo
-
- ¿ Malo yo ? ¡
Eso sí que tiene gracia ! ¡ Y que son ustedes, los humanos? ¿ angelitos, acaso
? ¡ Claro, es muy fácil mientras hay alguien que carga la culpa de todo ! ¿ No
llueve?, culpa del Sata ¿ El agujero de ozono ? ¡ es el Sata, desde luego ! ¿
Te duele la muela ? ¡ para variar, el Sata ! ¿ cabeceaste con la nuca y la
clavaste en tu arco? ¡ El Sata metió la cola ! ¡ Síganle tranquilos nomás que
yo soy el tacho de desperdicios del mundo ! -
- Bueno, no te
pongás así -
- No, si vuá
saltar de alegría -
- Ta bien, me
disculpo -
- ¿ Me vas a
ayudar con las damas? -
- Lo voy a pensar
¿ de acuerdo ? -
- Ok! -
- Mirá, ahí viene
Jucar -
- Permiso, dejé
la leche en el fuego -
- Volvé,
cobarde.... -
(Continuará)