COORDINANDO MUSEO
El tio de nuestro
simpático personaje, el botones, es presidente del Consejo de Administracción
del Hotel. Hombre culto donde los haya, propuso conminatoriamente al Consejo la
construcción de un museo adyacente al hotel junto con el cabarete que ya hemos
conocido. El último tiene mucho éxito, pero el museo ha permanecido cerrado
hasta ahora.
Se debe sobre todo al Sr. Pestolazzi que
considera una pérdida de tiempo mantener un museo. Ni siquiera el
argumento, de que los visitantes al
museo pueden sentirse tan a gusto que se queden a dormir, le ha convencido. Ha
puesto un candado en la puerta y hace oídos sordos al presidente del Consejo.
Pero la llegada de Brunelli y sus humoristas ha puesto patas arriba el hotel.
Alguien ha roto el candado y el museo queda abierto para todo el que quiera
colocar allí sus obras de arte.
Un pintor, que no sé si no será Filo
disfrazada (¡Y dale con el disfraz!), ha decidido exponer allí sus cuadros.
Brunelli ha decidido experimentar un nuevo tipo de humor, la dichosa
performance esa o como se llame. Para quienes no hayan oído hablar de ella, al
parecer consiste en un humor más bien provocador y grosero. Aquí, en la tv de
este país, un humorista italiano que dice hacer performance arrojaba trozos de
sandía a los espectadores de su programa, o los duchaba o les arrojaba curos de
pintura. Vamos que es un humor tan sui generis que raya o linda con la broma
pesada que suele acabar a tortazos.
Otro tipo de performance puede ser la del
pintor que se dedica a poner toldos de colores a todo lo que encuentra,
montañas, puentes, edificios. Ahora mismo no recuerdo como se llama, pero hubo
un tiempo en que salía bastante en tv. Otro tipo de arte o humor performance
pudiera ser las esculturas vivas, es decir humanos en pelota picada haciendo de
estatutas en una sala del museo. La performance es provocadora, algo así como
un WC en medio de un salón de arte, para que lo use quien lo desee, cara al
público. Arte performance, arte moderno, arte provocador. A ver quién se anima.
De momento Brunelli ya tiene preparadas algunas obras de arte de este calibre.
En un salón contiguo se han colado una
troupe de mimos que intentan remedar a nuestros políticos y personajes célebres
del cine y la tv. Aunque se trata de un humor más bien visual, la literatura
puede con todo, tiene anchas espaldas y muchos siglos a cuestas.
En el
museo cabe todo. Desde cuadros cubistas elevados al cubo hasta lo más raro de
las nuevas galerias de arte contemporáneo. Arte cotidiano, podría llamarse, una
estatua de rollos de papel higiénico o lo que la imaginación de los nuevos
artistas llegue a dar de si.
El próximo sábado, una de arte clásico y
contemporáneo (se puede traer la Venus de Milo, mangada del correspondiente
museo o el discóbolo de Mirón o las meninas de Velazquez, lo que se quiera).
Les animo a todos, entrañables talleristas, a pasar un rato divertido en el
museo del hotel donde en pocos días tendremos la esencia del nuevo arte del
futuro, algo así como un adelanto del siglo XXII. Un abrazo a todos ahora
porque dentro de unas horas voy a tener las manos muy ocupados decorando el
museo.