jueves, 24 de agosto de 2023

TEMAS SUELTOS HOTEL DE LOS DISPARATES XXVII

 


LA TORRE DE BABEL II

UN RASCACIELOS EN MONTPARNÁS

Milarepa es un joven monje budista que llegó a Occidente hace ya tres o cuatro años para cumplir una misión que su maestro –cuyo nombre conserva en celoso secreto- le encargara. Teniendo en cuenta que entonces tenía catorce años y que ahora tiene veintiuno podríamos decir, sin temor a equivocarnos, que nuestro amigo lleva danzando por aquí, y concretamente por España, unos seis o siete años.

España es un país que le gusta mucho, casi tanto como la tortilla de patata, que como es vegetariano ha resultado ser su plato preferido de la cocina española. Nada de callos a la madrileña o de paella de marisco. Un cocidito no estaría mal si solo tuviera garbanzos y un poco de berza y una sopa vegetal en lugar de la sabrosísima sopa de cocido que tiene el sabor del chorizo, el jamón, el tocino… ¡Dios nos libre de tanta carne que obtura los canales energéticos y que para obtenerla han tenido que ser sacrificados muchos animales!

Aquí, en España, un español gordito, obeso, calvo, barrigón, pero buena gente en general, se postró a sus pies, clamando: “milagro…milagro”. Había decidido convertirse y dejar su vida de pecado y perversión. Se hizo llamar Karmafinito y renunció a la lujuria –lo que no le costó mucho porque las mujeres no le hacían mucho caso, seamos sinceros- y a la gula –bueno, a esto intentó renunciar y el buen propósito le duró dos días, al tercero se comió un buen cocido a la madrileña- e intentó renunciar al mundo, al demonio y a la carne. Lo consiguió con los dos primeros, no así con el tercero. Quiero decir con la carne de comer, que de la otra hacía años que no se la servían en bandeja. Quiero decir la carne que no se come pero que nos gustaría comer… Bueno, dejémoslo, que me acabo de hacer un lío.

Milarepa estaba de rergeso en el Tibet, concretamente en el Potala, buscando un poco de tranquila meditación y los consejos de su maestro, porque después de aguantar a Karmafinito una temporada, el regreso a las soledades de su infancia se le hizo imprescindible.

Fue allí donde recibió, en fecha indeterminada, un telegrama firmado por un tal Slictik (¡vaya usted a saber de quién se trata, menudo nombrecito!)sin más apellidos, ni dirección, ni dato alguno que permitiera identificarlo a través de Google o contratando a un detective privado para que espiara su domicilio o simplemente visualizarlo a través del tercer ojo.

El telegrama había pasado ya por tantas manos que estaba muy arrugado, sucio y era apenas legible. Fue una suerte que Milarepa se encontrara en el Potala, porque de haber estado en alguna cueva, meditando, el telegrama habría llegado con tal retraso que la Torre de Babel se habría constituido como un holding empresarial a nivel mundial y con su blindaje en el Consejo de administración Milarepa no habría podido entrar ni con el tercer ojo.

Como ya hemos dicho, Milarepa era muy joven, tal vez veintiuno o veintidós años. Había viajado tanto, a pesar de su extrema juventud, que sabía casi todo de Occidente y conocía muy bien los legalismos que se gastan por allí para blindar todo lo material: contratos, edificios, poderes del Estado…Por estos y otros motivos había procurado preparar su mente para el combate en terreno adverso.

Su itinerario a través de Occidente había sido tan varado como productivo, espiritualmente hablando, incluso fue divertido en muchos momentos. Sí, recordaba con cariño la etapa de su casta vida en la que residió en el Hotel de los disparates, ubicado en el nuevo país caribeño, nacido o renacido recientemente a la independencia y llamado el País de la Alegría por muchos de sus convecinos y habitantes, vitales y optimistas por naturaleza..

Milarepa albergó durante un tiempo la esperanza de que aquel nuevo territorio fuera la semilla de un movimiento espiritual que contaminaría el mundo de bondad y globalizaría los valores espirituales hasta conseguir que llegaran a los últimos rincones, donde la oscuridad de las dictaduras levantaba el clamor de los corderos del Apocalipsis.

Allí fue donde Olegario Brunelli, quien con absoluta fatuidad se consideraba a sí mismo como el humorista “Lumber one” del planeta, y ello a pesar de su obesidad y la grosería e insulsez de sus chistes, recibiera otro telegrama idéntico al que Milarepa tenía en sus manos, casi en la otra punta del mundo.

Aunque  dicho telegrama solo lo conozco por referencias sí estoy en condiciones de manifestar que no era tan idéntico como hubiera parecido. Su contenido sería el siguiente:

“Ha sido usted  nombrado coparticipe de una importante suma STOP donada por el millonario Slictik STOP Preséntese en las oficinas o conserjería del rascacielos sito en el barrio de Monparnás, calle…. A la mayor brevedad posible STOP Y CIERRO

Me dirán ustedes, y con toda razón, que tiene muy poco sentido, en la era virtual de la comunicación utilizar un medio tan obsoleto como el telégrafo, existiendo fax, correo electrónico, móviles a los que mandar “esemeses”. Cierto, pero el millonario Slictik no es tan tonto como parece, y él conocía muy bien que Milarepa nunca usó móvil, ni correo electrónico, ni “faxes”, porque sus poderes telepáticos y mentales  le permiten saber quién desea ponerse en contacto con él y por qué. En cuanto a Brunelli estaba siempre perdiendo los móviles con la esperanza de que los encontrara una atractiva y generosa señorita, la cual se pondría en contacto con él para devolvérselo. Razón por la cual en el primer contacto de la lista había puesto: AABrunelli-humorista-seductor.

Continuará

martes, 8 de agosto de 2023

TEMAS SUELTOS DEL HOTEL DE LOS DISPARATES XXVI

 






Homenaje al Quijote






Saben ustedes que este año se celebra el cuarto centenario del Quijote. Este hotel no podía quedar al margen de este magno acontecimiento cultural y les propone un espectacular homenaje a esta obra maestra de la literatura universal y a su autor, Cervantes. Homenaje que esperemos dure tanto cuanto se prolongue el hotel en el tiempo (que sea mucho).

Para ello me es grato comunicarles que Luis Quixote y Paco Sancho tienen habitación doble reservada en este hotel y están viajando en un vuelo charter, para el que Paco Sancho compró billetes por Internet.

Pero antes de que estas dos buenas piezas aparezcan por aquí y se reproduzca una historia que todos ustedes ya conocen (¿quién dijo que la historia nunca se repite?) les contaré algo de ellos para que no les pille de nuevas.

En su juventud pertenecieron a una comuna hippie en San Francisco. Allí aprendieron a darle a la hierba y siguieron la conocida consigna de "haz el amor y no la guerra". Viajaron por medio mundo junto con la comuna, motorizada, y ya viejos y un poco cansados decidieron regresar a la Mancha, para volver a ver a sus familiares, que ya estarán todos un poco mayorcitos.

No lograron su objetivo puesto que Quixote probó unas hierbas, regalo de un par de amigos indios, muy bromistas, e inició su extraño delirio. Aficionado al Quijote para desfacer las burlas que provocaba su apellido (en realidad luego descubriría que era de ascendencia gallega) no es extraño que el delirio le llevara a creerse el auténtico Quijote.

Paco Sancho intenta hacerle volver en si de sus desatinos pero cada cosa o persona que ve le recuerda a Luis Quixote alguna de sus supuestas aventuras quijotescas.

Pueden empezar cuando quieran. Hagan que sus personajes le tomen el pelo a Luis Quixote disfrazándose de algún personaje del Quijote e inicien la historia por donde quieran, por el principio, por el final o por la mitad.
















Expositor: Slictik




Moderador: Slictik











2005-12-15 14:43:02
Vestíbulo del Hotel de los disparates- Cuarto día- Hora temprana.

El profeta Milarepa es un jovencito que viste túnica azafranada, como esa que ven en los lamas de las películas y documentales. Tiene la cabeza pelada como un huevo y anda descalzo. Su edad no pasará de los veinticuatro años, calculados a ojo. A pesar de su aspecto físico Milarepa tiene más reencarnaciones que pelos en la cabeza (antes de afeitarse al rape) y su sabiduria es como la de un sabio milenario.

Ha aceptado con regocijo el lavatorio de pies del Sr. Radamante,pensando que como todos somos parte del TODO en realidad se los estaba lavando a sí mismo. Luego el intérprete y discípulo (que no tiene nombre puesto que se lo quitó en el bautizo para recordarnos a todos que la individualidad es solo un accidente y que el TODO es lo que importa) le traduce a Milarepa las palabras del Sr. Radamante.

Claro que cambia y añade a su gusto. La pregunta sobre el sentido de la vida es literal,pero luego le dice que sus pies huelen a queso manchego (los pies de Milarepa).

Milarepa se echa a reír con ganas y responde que alguna vez probará el queso manchego y podrá responder a esa pregunta. En lo que se refiere al precio a pagar por su vida Milarepa responde en tibetano y el discípulo, español y gordito, traduce literalmente:

Amigo Radamante, el precio de la vida es el dolor. Y no crea que es nímio precio, porque muchos no dejan de quejarse de que a ese precio no les compensa la vida. Sin embargo no existía otra posibilidad de vivir en la materia si no era con dolor. Algo que también tiene su cara positiva, puesto que sin dolor no seríamos conscientes de nuestra individualidad. ¿Piensa usted, Radamante, que si sus pies le dolieran a otro sabría que eran suyos?. Y ahora repita conmigo.

AUUUUM RAAAAMAAAA UUUUUUUM. OM MANE PADME UM

Luis Quixote y Paco Sancho asistían a esta escena confusos y un tanto azorados. Pero lo que ocurrió a continuación será objeto de un nuevo episodio.






2005-12-12 00:28:01
Altísimo señor Milarepa:
Con dos forasteros habéis llegado y ya encontraríes acomodo en estos lares. Que vuestras bestias, de asilo y pienso serán prodigados.
Y ahora que estáis cómodamente instalado y me habéis dignado en lavar vuestros piés y perfumar vuestro cuerpo con fino aceite, os ruego -si vuestros ojos hallan gracia ante mi presencia- me digáis: ¿Cual es el precio que debo pagar por mi vida? Que mis años ya son breves. Pues la deuda de mi existencia corroe mi entender. Con todo, sé, que ni la cicuta ni la espada podrían terminar con mi pregunta. ¿Opináis acaso, que don Alonso Quijano o don Sancho sepan algo a este respecto?
Con sumo placer y reverencia os espero para oir vuestras palabras.






2005-12-07 06:56:02
Ciudad Alegría de Vivir-País Sin Fronteras- Hotel de los Disparates-Vestíbulo.- 4 de diciembre, año 2005. Cuarto día desde la reapertura del hotel. Hora 12 horas o sea mediodía de un día gris y desapacible.

Entran el profeta Milarepa y su sirviente español, un gordito calvo que porta vaqueros y deportivas rotas bajo su túnica azafranada. El profeta va descalzo muy recogido en su túnica azafranada, como si tuviera frio. Porta escudilla de madera en mano derecha. Besa el suelo del vestíbulo, de marmol de Carrara y se dirige a conserjería.

Don Serge, el conserje, está registrando a dos personajes, muy raritos ellos. Se trata de un hombre alto y enjuto, de luenga barba gris, gran entrada en la frente y larga melena canosa y sucia. El acompañante es un hombre bajito, cincuentón, barrigón, calvo, con bigote, con boina, con pantalón y chaqueta de pana.

Mientras esperan llega Alvarito, el botones, y le entraga a Milarepa un mensaje del Sr. Radamante. Milarepa se lo da a su sirviente y factotum, que lo traduce:

-Estimado Sr. Milarepa, sería un placer que pasara a saludarme tan pronto pisara el hotel. Suyo afftmo. el Sr. Radamante.

El factotum español se lo traduce al tibetano a Milarepa y este dice:

Auuuuuumm Ommmm Mani Padme Ummmmmm

Y así queda la cosa de momento.