miércoles, 22 de julio de 2020

TALLERES XIX




observado que Slictik sufrió una transformación durante algunas horas. No se trata de un caso de transformismo de género sino de un experimento para el baile de disfraces. Dicen que las armas las carga el diablo y los experimentos virtuales los inician los arriesgados y los termina la informática a su gusto y gana.

Se trataba de probar la posibilidad de acudir al chat para improvisar el baile de disfraces con un nuevo nick para que nadie conociera al disfrazado. De esta forma se daría más credibilidad a las máscaras que portarían nuestros personajes. Uno de los alicientes del baile era descubrir al final quién se ocultaba tras el disfraz. Pero de momento el experimento no ha dado resultado, porque como se ha podido comprobar el autor cambia de nombre pero resulta tan reconocible que da risa. Es posible que sea preciso hacerse con una nueva cuenta en hotmail para que el disfraz surta algún efecto.

De momento suspenderemos el baile hasta que los experimentos den algún resultado y se pueda tener alguna garantía de que la idea puede funcionar. Ya os avisaré de las incidencias que esta delirante idea nos depare. Caso de que no funcione cada autor podría acudir con nuevos personajes desconocidos, disfrazados adecuadamente, pero me temo que el aliciente de descubrir quién se oculta tras cada personaje se perdería. Estoy dándole vueltas a la idea y puede que al final no funcione, pero al menos se intenta.

Salvo aviso continuaremos con las improvisaciones de los sábados. Cada cual puede sugerir nuevas ideas. Para sustituir al baile de disfraces se me ocurre que bien podríamos improvisar un relato detectivesco. En el hotel ocurre un crimen y todos nuestros personajes intentan esclarecer lo sucedido y encontrar al culpable. Si os gusta la idea lo intentaremos el próximo sábado. Un abrazo y que el tiro no nos salga por la culata.



Necesito un narrador objetivo, el profesor no quiere describir los métodos de trabajo de Slictik, se volvería loco a las primeras de cambio. Pienso en un narrador malévolo, en un enemigo, que podría darle ese toque divertido que necesita una vida tan caótica como la de Slictik.

Antes de salir para el trabajo con el miedo en el cuerpo Slictik se acerca al rinconcito de una estantería, coge el paquete de tabaco, las gafas de sol para evitar mirar con claridad nada que le suceda en el trabajo y una libretita tamaño bolsillo con tres bolígrafos por si falla uno. En el trabajo de calle siempre hay momentos de tensa espera mientras uno aguarda para darle un susto a su querido prójimo. Entonces Slictik saca su última libretita, dedicada esta vez al circo de Slictik y se pone a escribir sin el menor pudor. La gente pasa a su lado y le mira como al bicho más raro de la ciudad y no se equivocan porque lo es.

Ayer esbozó el primer episodio de Ladino, el terrorista psicológico. En un momento determinado se le ocurrió cómo salir del bloqueo. Lo que fallaba era el narrador. Acaba de encontrarlo recordando los dibujos de la pantera rosa. El narrador será el inspector Clausot de Scotland Yard y tendrá como ayudante para perseguir al terrible terrorista a la inspectora más atractiva del mundo, Lady Jane, más conocida por su apodo de la pantera rosa. Escribe entusiasmado se olvida de todo. Es una idea genial, la musa es complaciente con Slictik. De repente suena un relojito dentro de su cráneo. Ha llegado la hora de asustar al prójimo. Se dirige al portal correspondiente y como un Drácula moderno se presenta a la próxima víctima que acaba de abrir la puerta creyendo que es Avon quien llama a su puerta.

En el trabajo a Slictik se le ocurren las ideas más peregrinas para evadirse de su dura realidad draculina. Son tan estrambóticas que nunca cree que funcionen a la primera pero luego llega a casa y tras comer y fregar los platos se tumba en el sofá del salón y la mente se va de paseo. Le despiertan sus infames ronquidos, entonces, justo al despertar todas las piezas del mecanismo encajan. Con Ladino llevaba un par de meses que ni "palante ni patrás", pero hay que dejar que el subconsciente se ponga en contacto con otros subconscientes a través de túneles de gusano en el espacio invisible. De esta manera y sin que ellos se enteren le puede robar a Vlado el diamante, a Jucar ese pensamiento que anda buscando creyéndole perdido, a Ana-Cecilia ese corto que falta en su almacén, a Hechi esa metáfora divina que vino y se fue sin saber cómo. A Afara esa vibración sutil del corazón, a Gaviota esa visión desde arriba de una ola perdida, a Madpoet una página de su diccionario que lleva buscando varios meses y no sabe donde la ha metido, a Ximena le roba la musa un instante diciendo que es un préstamo y luego ella se siente bloqueada, a Sally le ha robado su asignatura pendiente pero ha sido una suerte porque se encontró con un aprobado inesperado... Y así hasta el infinito, el subconsciente colectivo es una gozada. Y que me perdonen el resto de rinconistas pero bastante me estoy explayando. Otro dia confesaré qué les robo a los demás.
Escribir es una enfermedad contagiosa. Princesita Sara estuvo esbozando este verano el cuento del gato Periquito que tenía a medias con su papá. En su libretita apunta que el gato Periquito, el detective más avezado del bosque intenta encontrar el mapa robado por... Aquí se queda pensativa y mira a su papá a quien se le ocurre la llegada de un pingüino al bosque. Princesita se troncha, ¿cómo puede haber pingüinos en el bosque?. La imaginación trabaja, mientras princesita y su papá elucubran en el bosque otro retoño elucubra sobre elfos oscuros y trollocs o como se diga y luego le pasa un relato que el profesor Cabezaprivilegiada critica severamente.

Mientras tanto la mamá se queja amargamente y a voz en grito de que todos están en Babia y ella trabajando como una esclava. Un día a Slictik se le ocurre echar una mano y se pone a planchar la ropa. Con las toallas y las sábanas va bien la cosa pero en un momento determinado aparece una prenda íntima de su señora y ocurre la desgracia. La plancha quema y agujerea. ¿Y ahora qué?. Otra vez el grito en el cielo, en esta casa todos están en Babia y la esclava a hacerlo todo. Slictik se refugia en su pervertida fantasía e imagina la hagiografía de un santo de ciencia-ficción. San Pito Pato en el siglo XXIII de nuestra amarga era realizó portentos inenarrables que solo se atreve a hacerlo un aguerrido narrador, el erudito Don Democrito. Otro personaje del circo de Slictik y van... ¿dos docenas?

Esta familia está seducida por la musa, solo se necesita que la esclava del señor entre en el juego. Slictik consigue que escriba artículos para la revista del hospital pero no logra hacerla entrar en Babia, ¿quién hace la comida, quién plancha, quién hace la compra?. La esclava del señor. Slictik se arranca un pelo y piensa que la condición femenina es muy dura. Mañana hará la comida y pasará el aspirador. Mientras lo hace le pide al profesor que invente un robot que permita a todas las familias vivir en Babia.
El profesor se lo piensa y contesta que no está dispuesto a asumir las consecuencias. Si todo el mundo está en Babia el mundo moderno se desploma, nadie ve la televisión y sin televisión la economía occidental entra en barrena. Dejemos que la realidad nos invada un poco de vez en cuando.

Los métodos de Slictik son puro caos. Estar en Babia todo el día rellenando libretas donde y cuando puede. Luego no encuentra todas las partes de un relato que pueden estar en cuatro o cinco libretas según la inspiración. Mañana pondré orden en mi vida dice Slictik y mañana repite lo mismo y sigue en Babia y las libretas y cuadernos se casan y tienen familia. Slictik es como un niño que no quiere crecer porque cuando crece viene el jefe y le pone contra las cuerdas. Y colorín colorado este cuento se ha acabado.








viernes, 10 de julio de 2020

TALLERES XVIII




CÓMO CREAR PERSONAJES LITERARIOS

  • que sean verosímiles
  • Tener en cuenta la incidencia del escenario ( ambiente)
  • La importancia en la elección del nombre
  • El punto de vista del narrador y su perspectiva
  • Personajes principales y secundarios ( ayudante)
  • En antagonista y los obstáculos
  • Objeto ( objetivos que pretenda cumplir el personaje)
  • Conflictos del personaje

PREGUNTAS QUE AYUDARÍAN A CONFORMAR UN PERSONAJE:

  • ¿Cuál es su nombre completo?
  • ¿Dónde y cuándo nació?
  • ¿Quiénes eran o son sus padres? ( Datos sobresalientes de su personalidad)
  • ¿Tiene hermanos? ¿Cómo son?
  • ¿Dónde vive ahora y con quién? Describe el lugar y las personas que viven con él.
  • ¿A qué se dedica?
  •  Escribe el retrato del personaje   ( Ten cuenta rasgos físicos: altura, peso, color de piel , del cabello, cómo lo usa,  algunas características  en cuanto a cicatrices, defectos, / ya sean físicos o alguna debilidad/  atributos llamativos

  • ¿A qué clase social pertenece?
  • e
  • ¿ Cómo es su voz? Grave , aguda, cómo suena…
  • ¿Tiene algún tic que lo caracterice? ¿Qué palabras o frases o expresiones usa con frecuencia?


Se me ocurre aprovechar esta sección que ha abierto Ximena para ir adelantando hilo argumental y coordinar los diferentes puntos de vista narrativos.


Si os parece bien esta tarde podríamos hacer una improvisación sobre la escena que se va a desarrollar en el comedor. Allí se sientan todos los protagonistas del gran tropezón, se toman unas tilas, llaman al doctor Filidor y luego más tranquilos improvisan un largo diálogo en el que se presentan y se hacen amistades, simpatías y antipatías.

Se me ha ocurrido que podría empezar nuestro amigo bandoneón arrabalero con su personaje. Este viene con su café lleno de ceniza, su cigarro negro en la comisura de los labios y describe la escena que se encuentra. Luego comienza el diálogo entre todos los personajes, aparece el doctor Filidor y la escena sigue improvisada.

Se me ocurre que al acabar esta escena, en el próximo episodio, cada personaje, tanto principal como secundario, se iría a sus habitaciones o quehaceres reflexionando sobre lo que ha pasado. Después podrían quedar Filo y Matildé para cenar. Se apuntaría Irre que no quiere quedarse solo y el personaje de bandoneón aparecería en la cena para defender a Filo de Irre. Olegario se iría a su habitación para darse una ducha, preparar el show y encargar una cena muy abundante. Le gusta comer solo porque se pone morado y no soporta que se rian de él por su desmedido apetito.

Los personajes secundarios se retiraría, el doctor Filidor a sus habitaciones y el conserje y el botones a sus quehaceres. Todo esto puede ser cambiado si encontramos algo mejor y se puede improvisar todo lo que se quiera.


Enviado: 06/04/2004 19:35

Para que la imaginación vaya por delante de la historia y podamos hacer un pequeño guión antes de cada improvisación se me ocurren algunas ideas al hilo de lo que hemos improvisado.

Por un lado Olegario se retira a su habitación donde se baña y encarga una cena pantagruélica. Eso me permitirá trabajar en mi personaje a solas y recapitular algo de lo sucedido. Creo que el ir alternando episodios donde los personajes se manejen en solitario o como mucho con algún allegado nos permitirá trabajar más en el esbozo del personaje y recapitular y reflexionar sobre lo narrado. Luego los volvemos a juntar en escenas puntuales para trabajar los diálogos, que son imprescindibles en el humor.

Por otro lado tenemos la cena del doctor Filidor con Matildé y Filo, a la que se han apuntado Irre y agustín. Se me ocurre que la cena puede tener algo del desmadre de los hermanos Marx. Habría que trabajar en más secundarios, por ejemplo un camarero-ra y un maitre. Si alguien decide hacerse cargo de estos personajes que lo diga y haba un pequeño retrato para subir a la sección de personajes. Si nadie se atreve me encargo yo que ya tengo un cocinero en mi circo y estoy trabajando con camareros, maitres y demás personal de este mundillo.

La escena podría ir por estos derroteros, más o menos: Los caballeros se desviven por atender a las damas que se sienten muy nerviosas ante tanta atención y tantos seductores caballeros. Se producen algunos incidentes chuscos con el vino y las viandas. El camarero puede ser un romántico fantasioso que sueña con atender a grandes estrellas de Hollywood. Como también es medio cegato y no se ha puesto las gafas, arma la marimorena confundiendo platos.

El maitre tiene que poner un poco de orden. Es un señor tan estirado que no tiene arrugas en la cara. La cena transcurre entre incidentes cómicos y diálogos chispeantes sobre la vida, el amor y lo que se tercie.

Podemos rematar la escena con la aparición para cenar de alguno de los humoristas del congreso que se mezclan con los asistentes al congreso sexológico, con el equipo de la película que va a comenzar pronto el rodaje y se hospedan en el hotel y con cuanto se nos ocurra.

Finalizado este episodio (La escena de la cena, Olegario en su suite poniéndose morado, el follón que se arma en el comedor con nuestros amigos y el resto de la "plantilla" y el camarero cegato y romántico, etc) podemos pasar a un episodio nocturno. En él, parodiando un poco al hotel de los lios de los hermanos Marx, cada uno se va a su habitación para dormir pero a lo largo de la noche surgirán graciosos incidentes. Los ronquidos de Olegario que no dejan dormir a las damas, Irre y agustín se ofrecen para acabar con los ronquidos con remedios tales como calcetines en la boca etc. El camarero romántico y cegato confunde a las damas, Filo y Matilde, con estrellas de Hollywood e intenta colarse en sus cuartos. Irre y agustín le vapulean y las damas deciden dormir juntas mientras sus caballeros hacen guardia a la puerta.

Podemos ir imaginando este episodio que pretendo sea muy gracioso. Se me van ocurriendo cosas pero dejaremos que vayan madurando.


Enviado: 08/04/2004 20:23

Voy anotando nuevas ideas antes que se me olviden. Para quien quiera practicar esbozando nuevos personajes secundarios propongo alguno más. Aparte del camarero y el maitre, necesitamos un esbozo para el detective del hotel, que intentará poner orden en el desmadre nocturno que se avecina, pero sólo conseguirá empeorarlo.

En una escena está Olegario roncando en su habitación. Entran Irre y Agustín, le ponen calcetines en la boca y le hacen toda clase de incordios pero no despierta. Por una rendija de ventilación oyen cantar a una soprano que está preparando una ópera para su debut en el teatro de la ciudad. Ya tenemos otro secundario para quien quiera apuntarse. Una soprano.

Comentan entre ellos y deciden rogarla que les acompañe a la habitaciónd de Olegario para despertarle. Como se niega la secuestran y la llevan a rastras. Allí se produce una escena cómica. Como Olegario sigo roncando y observando que la cama tiene ruedas, le llevan en procesión por toda la planta y es aquí cuando se incorporan nuevos personajes a la juerga nocturna. Así al pronto se me ocurren los siguientes: un trio de humoristas que imitan a los hermanos Marx, un futbolista que se está corriendo una juerga de incógnito, uno de mis personajes del circo a quien aún no conocéis, Luciferino, imitador divino y sus muñecos. Etc. Cada cual puede aportar sus ideas. Y de momento nada más, sigo fantaseando sobre esta escena.


Enviado: 09/04/2004 17:58

Siguiendo con el hilo de la historia. No sé si os apetece más trabajar la creación de personajes o la historia en sí. Se me ocurre que podríamos ir imaginando lo que será el congreso de humoristas. Para ello sugiero que cada autor intente esbozar algún humorista, bien sea original o parodiando humoristas conocidos. El congreso podría comenzar con una ponencia sobre el humor por parte de Olegario Brunelli y de los personajes del resto de los autores. De forma divertida se expondría qué es para cada uno el humor.

Continuando con la juerga nocturna, la procesión de Olegario en la cama y roncando como una locomotora, podría dar lugar a hilvanar diferentes escenas o gags cómicos. Cada autor podría ir imaginando situaciones cortas, como gags, en los que aprenderíamos sobre la marchaa construir gags de diversos tipos. A mí se me ocurre que a Olegario lo podrían bajar en la cama, roncando, hasta el casino que tiene el hotel en los sótanos. Los ludópatas no harían ningún caso de la cama rondando entre máquinas tragaperras.

La cama rodando por el hotel sería el hilo conductor de diversas situaciones cómicas. Todo el hotel se pondría en pie de guerra y el detective intentaría por todos los medios que Olegario en su cama volviera a su habitación.


Enviado: 12/04/2004 19:39

He estado trabajando en una idea para que todos los autores puedan intervenir en la narración. Se trata de una especie de Olimpo o un Parnaso donde los nuevos dioses de la ficción, o sea nosotros, solo que con los nombres cambiados. Se puede introducir en la historia este nuevo universo paralelo que nos serviría para que cada autor tuviera palabra en la historia y al mismo tiempo nos vendría muy bien parodiarnos a nosotros mismos.
Ya hay un ejemplo en el borrador definitivo de la escena del Hall. Espero que os guste. Ya me diréis qué os parece.


Enviado: 13/04/2004 19:59

Hola a todos! Me parece buena idea ... pero no me da por escribir historias cómicas, aunque alguna tengo por ahí, pero no es lo mío. Mis historias graciosas son, realmente, tontas... y algo comunes. Gracias, de todas maneras, por la invitación a participar!! Pero prefiero mi rincón de poetisa, con mis temas profundos, aunque no sean para divertir a nadie... pero esa soy yo, irremediablemente melancólica. Un abrazo!
Alejandra

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Enviado: 13/04/2004 21:25


Hola, Ale:
¿Conocés alguien más bajonera que yo?
El tema es para animarte, por supuesto que luego cada cual decide. Te aseguro que en las improvisaciones que hacemos por chat, a uno se le ocurren disparates que no hubiera pensado. Y sólo necesitás un personaje, nuestro coordinador-guionista nos lleva de la mano.
Igual, leéte los borradores, para darte una idea en qué mundo de chiflados andamos caminando. Si aún así, te nos quedás en lo tuyo, ¡te queremos, Ale! Lo tuyo es muy bueno. Y no queremos perderte.
Sin más parafernalias, un besote.

Ximena












viernes, 3 de julio de 2020

TALLERES XVII



                       COORDINANDO EL MUSEO


El tío de nuestro simpático personaje, el botones, es presidente del Consejo de Administración del Hotel. Hombre culto donde los haya, propuso conminatoriamente al Consejo la construcción de un museo adyacente al hotel junto con el cabarete que ya hemos conocido. El último tiene mucho éxito, pero el museo ha permanecido cerrado hasta ahora.

     Se debe sobre todo al Sr. Pestolazzi que considera una pérdida de tiempo mantener un museo. Ni siquiera el argumento,  de que los visitantes al museo pueden sentirse tan a gusto que se queden a dormir, le ha convencido. Ha puesto un candado en la puerta y hace oídos sordos al presidente del Consejo. Pero la llegada de Brunelli y sus humoristas ha puesto patas arriba el hotel. Alguien ha roto el candado y el museo queda abierto para todo el que quiera colocar allí sus obras de arte.

     Un pintor, que no sé si no será Filo disfrazada (¡Y dale con el disfraz!), ha decidido exponer allí sus cuadros. Brunelli ha decidido experimentar un nuevo tipo de humor, la dichosa performance esa o como se llame. Para quienes no hayan oído hablar de ella, al parecer consiste en un humor más bien provocador y grosero. Aquí, en la tv de este país, un humorista italiano que dice hacer performance arrojaba trozos de sandía a los espectadores de su programa, o los duchaba o les arrojaba curos de pintura. Vamos que es un humor tan sui generis que raya o linda con la broma pesada que suele acabar a tortazos.

     Otro tipo de performance puede ser la del pintor que se dedica a poner toldos de colores a todo lo que encuentra, montañas, puentes, edificios. Ahora mismo no recuerdo como se llama, pero hubo un tiempo en que salía bastante en tv. Otro tipo de arte o humor performance pudiera ser las esculturas vivas, es decir humanos en pelota picada haciendo de estatutas en una sala del museo. La performance es provocadora, algo así como un WC en medio de un salón de arte, para que lo use quien lo desee, cara al público. Arte performance, arte moderno, arte provocador. A ver quién se anima. De momento Brunelli ya tiene preparadas algunas obras de arte de este calibre.

    En un salón contiguo se han colado una troupe de mimos que intentan remedar a nuestros políticos y personajes célebres del cine y la tv. Aunque se trata de un humor más bien visual, la literatura puede con todo, tiene anchas espaldas y muchos siglos a cuestas.

    En el museo cabe todo. Desde cuadros cubistas elevados al cubo hasta lo más raro de las nuevas galerías de arte contemporáneo. Arte cotidiano, podría llamarse, una estatua de rollos de papel higiénico o lo que la imaginación de los nuevos artistas llegue a dar de si.

      El próximo sábado, una de arte clásico y contemporáneo (se puede traer la Venus de Milo, mangada del correspondiente museo o el discóbolo de Mirón o las meninas de Velazquez, lo que se quiera). Les animo a todos, entrañables talleristas, a pasar un rato divertido en el museo del hotel donde en pocos días tendremos la esencia del nuevo arte del futuro, algo así como un adelanto del siglo XXII. Un abrazo a todos ahora porque dentro de unas horas voy a tener las manos muy ocupados decorando el museo.

              



           

                 EL SUEÑO DE PESTOLAZZI

La primera noche del día en el que se reabrió el hotel Pestolazzi se acostó tarde, cansado de atender huéspedes y de las extravagancias de alguno de ellos. Roció la habitación con esencia de rosas (no podía pegar ojo si rondaba algún mal olor cerca) y tras tomarse una tila fría se acostó en su lecho, estiró las sábanas hasta que éstas ocultaron su cabeza y dándose la vuelta hacia el lado derecho se quedó dormido; no sin que antes pasaran por su cabeza toda clase de pensamientos y por su corazón toda clase de sentimientos, algunos no muy positivos.

En lo más alto del Pico Agujas, en la cordillera de Las Bordadoras (así llamada por el encaje de bolillos de sus crestas) Don Sata, con su capa negra al viento, levitaba a unos metros del suelo. Pestolazzi, que lo contemplaba desde lejos, se sintió atraído por él, como un gigantesco imán hubiera propulsado un puñado de limaduras de hierro, se encontraran donde se encontraran éstas.  Cayó a los pies de Don Sata y oyó su voz profunda de bajo como una campana tocando a muerte en la noche.

-Pestolazzi, todo el mundo será tuyo si postrándote a mis pies me entregas tu alma.

-Pero señor, antes necesito saber qué sentiría si pierdo mi alma y hasta qué punto sería mío el mundo que me prometéis.

-Tipejo de poca fe. Levántete y mira.

Pestolazzi se alzó y observó a su alrededor. El paisaje era hermosísismo. Siguiendo la dirección del dedo que D. Sata extendía, primero en una dirección y luego en otra, pudo ver el ancho mundo, todas sus gentes y todas sus pompas.

-Me interesa señor. ¿Hasta qué punto sería mío?.

-Tú, Pestolazzi, dominarías los pensamientos de las gentes, desde la sombra de sus subconscientes, y sus conductas, con impulsos irresistibles que achacarían a sus deseos malsanos. Como si fueras el dedo del destino precipitarías los acontecimientos en la dirección que indique la flecha de tus deseos.

-Esto está bien. ¿Pero qué sentiría si pierdo mi alma?

-Nada. ¿Quieres que te muestre a todos aquellos que ya la han perdido?

Y señalando el horizonte Pestolazzi pudo ver cómo se iban formando en el cielo el rostro de aquellos que dominaban el mundo. Personajes todos muy conocidos, cuyos nombres no vamos a desvelar por miedo a las represalias.

-Sí, estoy de acuerdo con usted, Don Sata, no creo que ni uno de ellos sienta por un instante el vacío que supone haber perdido su alma a sus manos. De acuerdo. Aquí tiene mi alma y sea lo que Dios quiera....