martes, 21 de abril de 2020

DOCUMENTOS DEL VIEJO HOTEL XI




      Queridos talleristas: Como sabéis me voy con la niña al campeonato de España. No volveremos hasta la semana que viene, así que os dejo algunas ideas por si queréis ir trabajando vosotros algunos aspectos del relato.

      En el chat del pasado sábado hablamos de darle un enfoque un tanto cinematográfico a la historia. Los medios audivisuales estaban ausentes y eso, en esta época en la que son los amos del cotarro, era imperdonable. Se nos ocurrió que una cadena de tv mandará unas cuantas unidades móviles -cuantas más mejor- al hotel para seguir el congreso de humoristas.

     La idea más o menos es esta: La cadena KTV (si alguien encuentra un nombre mejor y más gracioso lo cambiamos) nos manda lo mejor de su parrilla de salida. Cada tallerista puede imaginar y buscarse su propio personaje mediático. Aquí hubo un programa llamado Caiga quien caiga que debe ser patente americana, como casi todo, en el que unos reporteros intrépidos, vestidos de negro y con gafas negras, se atrevían a incordiar hasta el lucero del alba. Por lo visto en Argentina también hubo algo parecido y supongo que en otras tvs también. Nuestros intrépidos personajes llegan al hotel en una UVI móvil, digo en una unidad móvil, y al salir ya se caen por primera vez. Un graciosillo entintó sus gafas de sol. No podían ver tres en un burro pero no querían quitarse las gafas, así que se dieron la primera trompada.

      Marcelo ya tiene su locutora televisiva que llega en otra móvil (las estrellas televisivas no soportan la compañía de otras estrellas, debe ser para que no exploten como supernovas). Se me ocurre que los cámras, los de sonido, los productores y toda la troupe necesaria para estras transmisiones nos pueden servir muy bien como secundarios.

       Hay un director de cine que anda por el hotel y al que dejamos perdido en algún rincón. De él se encarga Marcelo al que  si tengo tiempo dejaré algunas idea para que lo retrate. Ha encontrado una mina de oro en lo que sucede en este hotel de los lios. Se ha propuesto rodar un documental con cámara oculta. Nuestros personajes no lo saben, pero descubrirán que está pasando algo muy raro y gastarán bromitas subidas de tono al director, como las que suelen gastar los programas de cámara oculta, que son de no te menees.

      Aparte de la invasión de tv y cine, el hotel puede ampliarse para acoger toda clase de trabajos. No sólo el humor va a tener cabida. Como ejercicios, para quien se sienta interesado en ello, os propongo por ejemplo describir el hotel. En la narración no sólo cuentan los personajes, describir el entorno en que se mueven puede ser muy importante para el éxito de la narración. Si alguno se anima puede intentar describirnos el hotel visto desde fuera o desde dentro. La decoración, los diferentes salones, las suites de lujo o nupciales (hay varias y creo que no están ocupadas).

     La piscina, enorme, no está descrita. Podemos poner allí a unos cuant@s vigilantes de la playal. Puede haber saunas y yakuzis. Se me ocurre que meter a Brunelli en una sauna y encerrarlo para que sude puede ser una bromita de aupa.

      En la cocina también hay mucho ajetreo. Allí está mi personaje, Iñaki Lizorno, cocinero postmoderno, haciendo de las suyas. Necesitamos pinches y proveedores de buenas viandas.

       El hotel podría mejorar mucho si alguno se apunta a meter en él una historia romántica. No es imprescindible que se relacione con los personajes ya existentes. Si alguno siente la tentación de escribir una historia romántica, melodramática o dramática, que se desarrollo en el hotel, ayudará a que allí pase de todo.

      También puede haber un club de poetas donde se den conferencias y se digan versos e incluso se pueden hacer homenajes a los poetas muertos.

     Cualquier cosa que se os ocurra puede coger en el hotel, incluso alguna historia policiaca. Un hotel es como un universo, en pequeñito, pero cabe todo.