sábado, 28 de mayo de 2022

TEMAS SUELTOS DEL HOTEL DE LOS DISPARATES V

 


LA COCINA DE LA SEÑORITA GAS E IÑAKI LIZORNO

Iñaki no padece de claustrofobia, de otra manera no habría podido aguantar una vida abnegada, dedicado al noble y exquisito arte culinario. Desde cuartuchos de trastiendas a sótanos infectos, Lizorno ha pasado por casi todo. De ahí que las cocinas del hotel de los disparates, aunque situadas también en los sótanos, poseen todas las comodidades modernas y su extensión haría posible jugar un partido de futbol, entre cacerolas y sartenes.

En  el centro mismo aparece un gran rectángulo, con más de dos docenas de fuegos, de gas, vitrocerámicas y hasta fuegos alimentados con leña, para cocinar los platos preferidos de su infancia. Un hotel tan grande y lujoso (con muchos huéspedes y más que podrían venir y acaso vengan) requiere de unas enormes cocinas un chef de primera y ayudantes, pinches, lavaplatos y toda clase de artilugios para la cocina postmoderna de fusión. En esto ha colaborado el profesor Cabezaprivilegiada, a cambio de un cheque en blanco del Sr. Pestolazzi. Por lo visto quiere desaparecer del hotel o caso de quedarse contratar a un asesino a sueldo, para que se cargue a los agentes de la TIA.

 La señorita Gas apareció por la cocina una mañana, anunciando que se sentía desfallecida y necesitaba un tentempié. Iñaki la agasajó de tal forma que ella se sintió obligada a darle un par de recetas picantes mexicanas, algo que chifla a Iñaki. El pasearse por las cocinas se convirtió en una costumbre. Iñaki le propuso entonces convertirse en chef de cocina, con su misma categoría y bien pagada por Pestolazzi o en otro caso en una visitante privilegiada, provista de una tarjeta con microchip, para acceso a las cocinas. Y esto requiere una explicación: las cocinas están dotadas con medidas de seguridad, para que ningún extraño tenga acceso. Esto se debe a que Iñaki teme el espionaje industrial de otros chefs, que envidian su cocina de fusión.

Personal: Hay unos doce pinches, que se dedican a tareas menores, como cortar patatas, lavar ensaladas, picar ingredientes, etc. Como ayudantes solo tiene a su yerno, casado con su hija y ahora chef de prestigio, promotor de la cocina integral. Hay informáticos y técnicos de mantenimiento para los numerosos artilugios electrónicos.

 Iñaki acompañó a la Srta. Gas al despacho de Pestolazzi, donde éste se deshizo en cumplidos y dio toda clase de facilidades. Iñaki, antes de la entrevista introdujo su cabeza en una olla de bacalao al pil pil y estuvo allí hasta entrar en trance, como si de una droga se tratara.



DIARIO DE BRUNELLI- Hotel de los disparates-Habitación 105- Primer día-hora entre las cuatro y cinco de la mañana

 Tras una cena muy larga y agradable con Ñampira, tras las interrupciones, la tormenta y la noche de lobos en calzoncillos, me encuentro en mi cuarto, sentado delante de la mesita donde he colocado mi agenda, la que suelo utilizar para anotar lo que más me llama la atención y puede servir para mis shows.

 Antes que nada debo decir que Ñampira es una chica excelente aunque se queje de su vida en la chabola y del entorno pobre en que la ha tocado vivir. Me duele en el alma, pero así son las cosas. Unos tanto y otros tan poco, unos burgueses y otros desheredados de la fortuna. A pesar de ello pienso aprovechar mi estancia en el hotel para disfrutar todo lo que pueda. Uno habrá sido pobre (¡y bien que lo sabe la "mia mamma" pero no es tonto).

 Me alegra que la señorita Ñampira pueda dejar su vida, un poco al margen de la legislación vigente, todo sea dicho, y comenzar un trabajo honrado como gobernanta de planta en el hotel. Espero volver a verla y que acepte otra invitación, a comer, a desayunar o a lo que sea.

 Lo que me duele en el alma es que la señorita Filo me haya despreciado tan olimpicamente. Me ha dejado tirado como un calcetín viejo. ¡Después de los amigos del alma que llegamos a ser en mi anterior estancia en el hotel!. Pero así es la vida. Hoy amigos del alma y mañana si te he visto no me acuerdo. Claro que con el Sr. Radamante rondando por aquí no creo que me deje ni una dama al alcance de mi verbo cálido.

 Es un hombre exquisito y todas las damas andan pendientes de que se le caiga una palabra de la boca para tomarla y llevársela a los labios como si de una hermosa flor se tratara. Claro que el tal Radamante aún no me ha visto en mi salsa, vestido de humorista y dispuesto hasta para hacer reír a D. Sata.

 Pestolazzi sigue como siempre. Este hombre aspira a ser director del gran hotel del mundo. Juraría que hasta sueña con ello.

 Me gustaría contarle a mi diario las impresiones sobre los nuevos huéspedes, pero el sueño me puede, llevo ya un largo rato bostezando.... uaaauuu...of...of...off. Lo dejaré para mañana. Uf, qué agradable es este hotel. Espero soñar con los angelitos. Hasta mañana, querido diario.

Olegario Brunelli, humorista -