lunes, 2 de julio de 2018

TALLERES III


  



           EL PROFESOR CABEZAPRIVILEGIADA DA UN CURSO DE LITERATURA

El profesor aprovecha la supuesta ausencia de Jucar por vacaciones para colarse en el salón de actos sin que conserje alguno le cierre el paso. Le tiemblan las manos, sufre mono de conferencias y discursos puesto que hace ya una larga temporada  que no puede llevarse ni una magra conferencia a la boca y eso es algo que supera su estricto control.

Entra como una tromba, se coloca delante del atril donde posa su carpeta de piel de cocodrilo y tose una y otra vez mirando el salón vacio.

"Queridos alumnos: va a comenzar el curso. He sido nombrado por las universidades más prestigiosas del mundo desde Oxford y Cambridge a Yale para dictarles un curso de literatura rápida, un master que les abrirá las puertas del best-sellerismo, del laurel y de la fama. Al finalizar este curso, si consiguen aprobar, que no va a ser fácil, poseerán un título orlado de racimos de oro, título que les facultará para entrar por la puerta grande de las mejores editoriales del mundo y serán llamados para dictar conferencias a diestro y siniestro y para todo aquello que pueden hacer los grandes hombres puesto que los pequeños no llegan al mostrador.  Sus teléfonos no dejarán de sonar, ring-ring, hasta el punto de que lamentarán no ser famosetes para ser perseguidos por los paparazzi, dulces angelitos que solo hacen fotos. El título que recibirán en una ceremonia inolvidable tiene un apéndice convenientemente sellado y rubricado que les garantiza su paso a la historia de la literatura y la rumia de sus textos por alumnos aplicados que seguramente maldecirán sus nombres y apellidos.

Todo curso debe empezar por la primera lección, condición sine qua non es posible continuar impartiendo sabiduría al personal. La primera lección es una pregunta, ya sé que suena raro que un profesor pregunte pero es imprescindible. ¿Qué es la literatura para mi? ¿Qué estoy haciendo aquí sentado en un pupitre soportando al plomo del profesor? Si no responden satisfactoriamente a esta pregunta no pueden seguir adelante, lo siento. Vayan pensando la respuesta mientras explico la manera de aprobar.

No aprobarán ni con un jamón bajo el brazo o una botellita de vino gran reserva sino cumplen estas condiciones: Jurar que no están aquí para ser best-selleristas, eso solamente puede ser enseñado por un representante de una editorial de prestigio y no creo que logren darles la receta mágica. Todo aspirante a best-sellerista recibirá un cero patatero y un tirón de orejas. Tampoco están aquí para ser famosos, hay formas más fáciles de conseguirlo como apuntarse a un reality show o hacerse acompañante del famosete de turno. Si quieren ganar dinero jueguen a la bolsa, hay más riesgo pero tienen mayores posibilidades.

¿Qué no es tan importante la meta, que lo que importan son los medios? Con esa forma de pensar se convertirán en best-selleristas de los grandes almacenes. No es lo mismo escribir para ganar dinero o para llegar hasta el último lector, aunque sea un escarabajo patatero escondido debajo de una piedra allá por el fin del mundo que aceptar un compromiso irredimible, un juramento de sangre con el ser humano, con la condición humana, hasta las últimas consecuencias.

Si quieren convertirse en estetas, en diletantes de la literatura, en funambulistas gramaticales o estilísticos, allá ustedes, pero luego no se quejen de que las víctimas y los marginados del mundo les tiren tomates. Una cosa es escribir para la galería y otra muy distinta bucear en la condición humana hasta llegar a las profundidades abisales del odio o del amor, del sufrimiento o de la alegría, de la espiritualidad o el bestialismo. Nada debe escapar a la pluma del escritor, nada humano le debe ser ajeno.

Si ustedes buscan otra cosa con su pan se lo coman. Aquí no seran aprobados y ya me contarán ustedes cómo se van a desenvolver en esta selva sin el título orlado en oro que les ofrece la universidad Mentis Galacticiensis.

Escriban, escriban, si no pueden hacer otra cosa. Sueñen, diviértanse mientras puedan, porque la tarea del escritor, del artista, del creador es la que más se parece a la verdadera naturaleza divina, la del perpetuo creador.

Y antes de terminar comunicarles que este curso será largo y tedioso, pero les garantizo que todos aprenderán las técnicas rudimentarias de la escritura, como me llamo John y me apodan Cabezaprivilegiada. Luego procuren no usar estos conocimientos privilegiados para meterse con su esposa en forma de personaje o con su jefe en forma de señor oscuro o para vengarse de todos sus enemigos. Sean generosos...Y usted, Slictik, no se esconda detrás de ese sillón, que le he visto. Usted es el primero que debe aprender esta lección.

-Lo siento, profesor, pero me he transformado en fantasma. Chao.
¡Maldito Slictik! Como todos los alumnos sean como él acabaremos muy mal. Cero patatero para todos y a otra cosa mariposa. Y ahora coméntenlo en los chat, en las tertulias, con su familia, con su jefe -sobre todo con su jefe- con sus colegas laborales o extra-laborales entre cañita y cañita en lugar de hablar tanto de fútbol que ya huele. El próximo día quiero los deberes hechos. ¿Qué buscan ustedes en la literatura?...No Slictik, deje de cavar de una vez, en la literatura no hay petroleo...al menos para la gran mayoría.



Entra el profesor acompañado de un señor bajito, con gafas, que porta un maletín de ejecutivo. En la solitaria clase Slictik en el primer pupitre dibuja monigotes. No se pone de pie en señal de respeto y se limita a escudriñar al profesor con mirada torva. Este siente deseo de toser y de retoser pero se controla.

Queridos alumnos me he permitido el lujazo de pedirle al profesor Robert Best-Seller, titular de la cátedra de literatura española de la universidad de Yale que me acompañe. En realidad se llama Hipólito García Rodriguez y es de un pueblecito castellano de cuyo nombre no quiero acordarme. Como mis conocimientos literarios no son muy profundos él se ha ofrecido para echarme una mano.

El tema de hoy son las formas poéticas. ¿Siguen vigentes las formas poéticas tradicionales? ¿Usted ha escrito algún soneto Slictik?

-Profesor, usted sabe que eso lleva mucho tiemo y requiere mucho trabajo. Yo soy demasiado vago. Lo intenté un par de veces pero lo dejé por imposible.

-Pues tendrá que hacerlo si quiere aprobar este curso. Porque uno de los deberes ineludibles será que cada alumno haga un soneto tradicional y perfecto de forma. El fondo puede ser una naturaleza muerta o cualquier otra tontería. Se trata de un ejercicio de pulimiento del verso, algo así como pasarle el plumero para quitarle el polvo. No estaría mal que trabajaran con otras formas poéticas, como los alejandrinos son un poco difíciles pueden utilizar el romance si lo prefieren. Y ahora les dejo con el profesor Robert que les explicará la forma de alcanzar el best-seller en un libro de poemas.

-Todo poeta que se precie ha escrito al menos un soneto en su vida. Algunos son hermosísimos como los sonetos del amor oscuro de Lorca (no estaría mal que les echaran un vistazo) o pueden leerse los sonetos de Quevedo, por ejemplo. Pero no les aconsejo un libro de sonetos si quieren convertirse en discípulos de quien les habla. Más bien deberían escribir letras de canciones que tienen más posibilidades. Algo así como las letras de Sabina. Tienen calidad, tienen fuerza y llegan al gran público. Un buen libro de letras de canciones, un cantante como Sabina, pongamos por caso y su vida cambiará. Lo que se lleva ahora es el verso libre y experimental. La obra de arte completa, una grafía como la de Apollinaire, un dibujito picassiano, si tienen la suerte de tener ordenador pueden ponerle música y darle una apariencia de cuadro virtual. No les aconsejo que hagan caso del profesor CP si bien como ejercicio escolar les vendrá de perlas.

El profesor CP pone mala cara porque él es un estusiasta de las formas poéticas tradicionales y sus poetas preferidos son Quevedo y Góngora. Mientras Robert hace un diagrama en la pizarra sobre cómo alcanzar el estrellato escribiendo poesía el profesor se retira discretamente. Slictik está contando con los dedos buscando un endecasílabo. Como no lo consigue comienza a morderse las uñas con tal rabia que pronto no le quedará una en las manos y tendrá que descalzarse para seguir con las de los pies.