domingo, 15 de julio de 2018

TALLERES V




El profesor John Cabezaprivilegiada entra con más rigidez que de costumbre en el salón de actos de rincondejucar. El salón está vacio pero eso no le preocupa al emérito que sube al estrado, se pone delante del atril, saca sus folios de su carpeta de piel de cocodrilo y habla a la concurrencia que no ha concurrido. Queridos amigos: ¿No os ha sucedido nunca de levantaros en plena noche acuciados por un deseo que no es un vasito de agua fresca ni un desahogo connatural a nuestros físicos?. A Slictik le sucede levantarse en plena noche acuciado por un deseo que no puede reprimir, sus dedos están inquietos y acarician el aire. Se acerca a su cubículo, enciende la luz y se pone a acariciar el lomo de algún libro en concreto como si de un bebé pelonchín se tratara. Cada libro tiene un trozo de su vida. Cada libro va unido a un recuerdo emocional. Los comics del Jabato y el Capitan Trueno tienen mucho que ver con su infancia en un pueblecito donde solía jugar en su tiempo libre a las canicas, al escondite, a los aros que recorrían el pueblo como una procesión. Cuando no había amiguitos para jugar porque estaban castigados se sentaba en la acera a la sombra y jugaba a las chapas o leía el Capitan Trueno. Sus fantasías hubieran dado para una novela. Eran tiempos felices.

Acaricia con amor el lomo deshilachado de un Quijote de bolsillo de colección Austral. Recuerda que lo estuvo leyendo la última semana antes de los exámenes en sexto de bachillerato. El autor que ahora recuerda estudiaba todo el año, día a día, hora a hora, y pensaba que la última semana del curso era para descansar, no como otros a los que miraba conmiserativamente como a pobres diablos nocturnos que estudiaban en los retretes del colegio o con linternas debajo de las sábanas. Siempre le había dado resultado tomarse los exámenes finales con calma pero aquel año no. Suspendió Arte. ¡Con lo que a él le gustaba el arte! Los pintores del renacimiento, Velazquez, la escultura griega. Aquel año le suspendieron arte y tuvo que pasarse el verano estudiando. Pero sacó algo positivo. Durante la última semana de curso le dio tiempo a leerse el Quijote entero y verdadero. Confiesa que el castellano antiguo era un latazo y ciertos episodios se hacían largos y pesados, pero las aventuras de aquellos maravillosos personajes le marcaron para siempre.

Con veintiséis años su padre agonizaba en un hospital de cáncer. Nada más salir del trabajo comía y se iba a verle. Estaba tan sedado que apenas era consciente de nada a su alrededor. Por eso el autor llevaba un libro para leer y no pensar en la muerte que aleteaba en el aire. Recuerda con mucho cariño los libros de Lobsang Rampa, El Ermitaño, Historia de Rampa. En ellos se hablaba del cuerpo astral y de la otra vida más allá de la muerte, de los monasterios tibetanos y de las aventuras de aquellos maravillosos seres dedicados a la meditación. Fue un gran consuelo en aquellos momentos y cambió su vida para siempre porque a partir de entonces leyó sobre budismo y sobre toda clase de filosofías orientales. Se abrió un mundo nuevo ante sus ojos.

 Acaricia los libros de Henry Miller en colección Alfaguara, comprados en Madrid, concretamente en una tienda del barrio de Argüelles, allá por el año 1978 cuando la matanza de Atocha más o menos. Habían estado prohibidos durante el franquismo. A Henry Miller se le llamaba pornógrafo y era un demonio calvo con gafas. Recuerda los meses apasionantes que pasó leyendo Trópico de Cáncer, de Capricornio, la Crucifixión Rosada. Sí, tenían escenas de sexo muy explícitas, pero lo que al autor le llamó la atención fue la forma de narrar en primera persona, uno estaba allí y vivía la escena. Le encantaba también sus disquisiciones filosóficas y sus citas de filosofías orientales que conocía al dedillo. Fueron hermosos meses de placer estético y aprendizaje literario.

 El profesor termina su discurso. Baja del estrado y pone en cada asiento un folio escrito a máquina donde se lee. Los libros de mi vida. Es increíble pero el profesor les está poniendo deberes a los colegas del rincón. Nadie se lo creería si estuviera presente. Antes de marcharse, muy tieso, se vuelve y dice: ¡Ale muchachos!, hacer los deberes y hacerlos bien sino me enfadaré mucho.





  Un tema a debate    
 
 Un tema a debate/ Por el profesor John Cabezaprivilegiada/ El escritor novel y su entorno/Queridos amigos: ¿Cómo os ven en vuestro entorno? ¿Saben que sois escritores y poetas o lo ocultáis por miedo a la hoguera? ¿Vuestra familia os rechaza como a los cómicos de antes que llevaban el pecado sobre sus espaldas encogidas? Slictik me ha encargado que os diga que él se siente verdaderamente un hereje en su entorno. Lo que más llama la atención del hereje Slictik son dos cosas: una, que su famosa libretita está escandalizando a la buena sociedad que le rodea, el otro día sin ir más lejos se encontraba en un parque escribiendo todo ensimismado cuando oyó unos comentarios de un grupo de jóvenes que pasaban a su lado. No eran canallescos ni excesivamente molestos pero sí muy sugerentes. Uno les decía a los demás: ¡Veis "ese" (Slictik nunca llegará a ser Don Slictik) del banco, le veo en todas partes escribiendo, es un tipo raro, ¿sobre qué puede escribir? Una pregunta muy lógica porque Slictik no es un conocido novelista ni sale en la tv ni es contertulio en programas de radio. ¿Entonces qué narices hace escribiendo en un parque? Otra cosa que llama mucho la atención es su despiste. Hasta tal punto esto ha llegado a ser de dominio público que algunos han llegado a pensar que está sordo porque no se entera de lo que le están diciendo. Alzan la voz como si estuvieran hablando con una tapia y Slictik entonces despierta de su ensueño y les calma: "que no estoy sordo". En familia por ejemplo le tienen que tocar en el hombro para despertarle. "Que te estaba diciendo...". Princesita Sara a veces se enfada con él. "Es que nunca me escuchas". Ciertamente Slictik se pasa el día en las nubes. Pero no es para tanto. Oye lo que le dicen pero le cuesta responder porque en ese momento el profesor Cabezaprivilegiada le está susurrando al oído: ¡Qué te parece una disertación académica sobre el humor o la depuración de la agresividad? Asiento y entonces va mi señora y me da un codazo. Que si has hecho ya la declaración de Hacienda. ¿Qué...qué me decías?Ella se sulfura. No me quieres, no nos quieres, no te preocupas de la cruda realidad y soy yo quien siempre tiene que dar la cara. Y es que amigos nadie es un genio para su ayuda de cámara y mucho menos para la esposa que sabe perfectamente que no te has cambiado de calzoncillos en dos días y que en verano eso es imperdonable.

¿Os sucede a vosotros lo mismo u ocultáis temerosos vuestra condición escribiendo a escondidas, cuando nadie os ve, por la noche cuando todos roncan? ¿Qué os parecería si por alguna curiosa revolución mediática un día el representante de "Endimiol" o como se diga apareciera por el rincóndejucar y nos contratara a todos para un programa como "Operación Triunfo del escritor novel" o "El gran primo de mi cuñada", o "El hotel de los lios de los famosos", o un programa nuevo titulado "Tres en uno".

Bien, bien, esto se pone bueno. Por ejemplo se contrata una profesora, Doña Endecasílaba, para que nos enseñe a todos a escribir versos. ¿Qué sucedería? Que las damas poéticas de este rincón la darían una patada en el trasero sin ningún respeto y se pondrían ellas de profesoras. Nos atarían a nosotros a la pata de los pupitres y nos harían escribir heptasílabos y alejandrinos por un tubo. Me imagino a los espectadores en sus sofases comentando "vaya ripio le ha salido a Slictik", queda nominado para la patada en el trasero de esta semana.

Y llega la noche del espectáculo. Llegan las damas y nos bailan un cancán de versos amorosos. Nada un diez y contrato en Planeta para media docena de antologías del verso amoroso con una tirada mínima de diez millones de ejemplares. Como adelanto un par de millones de euros por sonrisa. Llegan los caballeros y el espectáculo se pone patético. No versifican ni a la de tres. Entonces Lebon-Slictik montan una parodia y los espectadores en sus sofases comienzan a comerse las uñas. Suben a jucar el más serio de la clase y le hacen cosquillas para que se ria. Como no lo consiguen llaman a David que les cuenta aquello de las vacas y los diferentes sistemas políticos y la cosa se anima. Aquí se produce un acto insólito de solidaridad en estos concursos. Todos forman una piña y se niegan a que nadie sea expulsado. Ya tenemos noticia de primera plana en los medios.

En la casa del "Gran primo de mi cuñada" se produce un follón de calibre. Todos los telespectadores se levantan de sus asientos. Esto promete. Slictik se niega a fregar los cacharros y las damas le montan un "espòlin" (como decía mi papá) de mucho cuidado. Llegan sus congéneres y le defienden ante las damas que les llaman machistas y ponen el grito en el cielo y se ponen histéricas y los machistas salen pitando al exterior donde se caen de cabeza a la piscina y están a punto de ahogarse cuando las damas salen corriendo como amorosas gacelas y les arrojan flotadores a la cabeza. Consiguen rescatarles a todos y cuando ellos están como sopas arrodillados ante las damas dando las gracias por su amoroso corazón ellas responden: "¿Quién fregaría los cacharros esta noche?"

En el "Hotel de los lios famosos" los telespectadores se aburren y empiezan a llamar a "Endimiol". Resulta que lo de antes era más divertido. Fulanito como quien no quiere la cosa alargaba la mano hasta el trasero de menganita y se producía una escena de choque, una situación de morbo que hacía saltar de pasión a los espectadores en sus asientos. Luego menganita al pasar se restregaba como quien no quiere la cosa con fulanito. Y ya tenemos el follón "montao". Delante de las cámaras unos se acusan a otros y nadie admite sus pecados. Finalmente llevados por un presentador de primera clase hacia una confesión esperada por todo el mundo fulanito confiesa sin rubor que alargó la mano hacia el trasero de menganita porque le pone y le pone y no tiene porqué ocultarlo. Y menganita confiesa que se restriega porque es connatural a la naturaleza humana y no tiene porqué avergonzarse ni ante los espectadores ni ante el presentador ni ante el papá ni ante la madre de todos ellos.

Eso sucedía antes. ¿Qué sucede ahora?  Que se comenta por los pasillos que si Proust es tan pesado como parece o lo es aún más. Que si Joyce odiaba a su Dublín natal o tuvo que exilarse como un emigrante en busca del pan cotidiano. Que si...Esto es muy aburrido. Endimiol toma cartas en el asunto y manda a Pocholo para que se meta con las damas y a los caballeros les lanza a Yola Berrocal con sus airbag delanteros en ristre y estos salen huyendo mesándose los cabellos y pidiendo socorro. Y la casa se transforma en un pandemonium. Y los espectadores en sus asientos botan y rebotan sin jornada de reflexión previa. Al final el concurso "Tres en uno" se convierte en algo insólito. Todos son ganadores y a los miembros del rincondejucar se les edita lo que quieran y cuando quieran. Se transforman en ídolos mediáticos y no pueden salir a la calle sin que una docena de fans les pidan una dedicatoria amorosa en la solapa del libro. Tienen que contratar guardaespaldas para que les libren del acoso de sus fans que a Slictik concretamente el otro día le arrebataron a mordiscos su camisa y el pobre estuvo enseñando su barriga en público durante largos minutos hasta que un amable caballero le cedió la suya que le quedaba estrecha y así y con la ayuda de sus guardaespaldas pudo llegar hasta su limusina. Sus ventas son fantásticas, número uno en los libros más vendidos en todas las listas. Sus ingresos son de tal entidad que Hacienda ha montado una gran oficina expresamente para cobrar sus impuestos.

Y aquí se pone una mordaza en la boca al profesor John Cabezaprivilegiada. Si ustedes desean participar en estos concursos pónganse en contacto con Endimiol. Si desean dar su amable opinión sobre el entorno del escritor novel pueden hacerlo a lo largo de la semana. Luego el profesor hará una recapitulación que procuraremos sea lo más breve posible o no quedará papel de escribir en este rincón. Un abrazo y reflexionen...reflexionen... 



Entra Slictik corriendo a todo correr. Manipula en la espalda del emérito y da cuerda al mecanismo oculto. Inclina la cabeza ante la distinguida concurrencia. Ustedes disculpen. Y vuelve a salir a todo correr. El profesor mira y remira los papeles. Se ha perdido. Ah, sí, como decíamos hace unos minutos... Anastasia siente pasión, es una escritora apasionada y emérita aunque ella califique de vicio su pasión. Se sumerge en el subconsciente y se pierde en él. Este es el truco simple y genial del gran escritor que éste no revelará nunca a nadie. Anastasia lo ha revelado porque es muy generosa. El hecho de que a su alrededor la gente sea amable con su pasión de escribir dice mucho y bien de su entorno. El que sus alumnos estén fascinados con ella dice mucho de ella y de sus alumnos. Este desprestigiado oficio (ahora se prestigia el mediatismo) llena sus días y sus noches. Lo que dice mucho de la calidad de sus pensamientos

Afara no levanta el brazo sino que lanza un simpático beso al tieso profesor, lo que dice mucho de su simpatía y calidez humana. El profesor se pone un poco colorado y tose y retose. El hecho de que afara no recuerde cuándo comenzó a escribir la sitúa en el grupo de los escritores desde la cuna que mordían la caperuza del bic en lugar del chupete. Cuando la musa no la visita se siente deprimida, vacía y patética, lo que dice mucho de su calidad espiritual porque a la mayoría de la gente "normal" no la visita nunca la musa y no se deprimen, son tan felices. Vuelven las musas y la conquistan, lo que no sabe ella es que son las musas las conquistadas. Humildad de escritora desde la cuna. Las musas de verdad son aquellas que tocan el corazón con su varita mágica, las que transforman a afara en Angela Carrasco y a Angela en Angel y a todos nosotros en serafines y querubines y al mundo en un paraíso. ¡Lástima que las musas de verdad solo puedan quedarse un segundo entre nosotros!
El profesor levanta la cabeza del folio porque oye como un llanto contenido. Es gaviota recordando a su padre. Todos se emocionan y hasta el profesor tiene un nudo en la garganta. Lee unos versos que ella dice bobos pero que ponen la piel de gallina. Slictik se alegra de que a gaviota la llamen sorda y es que le consuela eso del mal de algunos consuelo de pocos. Todos se limpian las lágrimas a hurtadillas. En ese momento llega Slictik corriendo a todo correr y para el mecanismo del profesor. Princesita Sara requiere urgentemente su atención. Todos salen del salón de actos comentando lo estirado que es el profesor y lo interesante que sería ponerle un día la zancadilla a ver si sigue estirado en el suelo. El salón queda vacío. Slictik cierra la puerta y sale corriendo. Hasta otra.