domingo, 9 de junio de 2019

ASTA DE TORO




ANTONIO ASTA DE TORO, DETECTIVE
ESBOZO

Es el primer detective “clásico” español que alcanza la fama global. Es cierto que otros la alcanzaron antes que él, como Pepe Carvalho, pero él es auténtico, existe realmente y no como los otros que son solo personajes de ficción.

Su fama se expandió a raíz de ser contratado como jefe de seguridad y de detectives en el Hotel de los Disparates, aunque antes había trabajado en una agencia de detectives propiedad de dos hermanos de provecta edad. Asta de Toro, así se apellida realmente, siempre tuvo mal carácter, desde niño. Esto propició que los jefes se jubilaran antes de tiempo y le dejaran la agencia por un módico precio.

A pesar de sus esfuerzos por contratar personal nunca le han durado más allá de dos o tres meses, un año cuando el contratado tenía necesidades muy pero que muy terribles.

Antonio Asta de Toro es soltero porque ninguna mujer le ha soportado más de un fin de semana. Sus esfuerzos por contratar secretarias o mujeres detectives en la agencia toparon con su fama de colérico insoportable.


ANTONIO ASTA DE TORO

AUTOBIOGRAFÍA NARRADA POR ÉL MISMO CON AYUDA DE UN MAGNETÓFONO, GRABADORA O CASSETTE

Creo, sino me equivoco, que soy de los pocos detectives hispanos de novela negra clásica. Sí, ya he oído hablar de Pepe Carvalho y de algún otro más, pero ellos son detectives de ficción y con un toque moderno o postmoderno. Cuando hablo de novela negra clásica me refiero a personajes como Philip Marlowe, a quien llegué a conocer en una noche de juerga en Santa Mónica. Ya sé que ustedes pensarán que no existió realmente, sin embargo Raymond Chandler, a quien también llegué a conocer, no poseía una imaginación tan poderosa como para inventárselo totalmente. Existió un Philip Marlowe real, pueden creerme.

Pensarán ustedes que mi edad es tan provecta que me caigo de las sillas cada vez que me levanto. Nada más incierto. Aunque no se lo crean me presté voluntario para un experimento de clonación humana y ello me permitió “reencarnarme” en mí mismo. Lo malo del experimento es que algo no salió del todo bien, un gen se torció y mi personalidad cambió bruscamente hacia la cólera y el malhumor.

Ya sé que no creen nada de lo que les he contado. Espero al menos que me crean si les digo que soy natural de Madrid y nací en el conocido barrio de Vallecas.