sábado, 6 de abril de 2019

TRABAJANDO PERSONAJES DE MARCELO







Querido amigo: He vuelto al trabajo y no tengo tanto tiempo como antes, pero me gustaría sentar las bases para ir trabajando poco a poco la vuelta del Gordo y El Flaco, asi como darle un papel más lucido al director de cine, que debe andar aburrido escondiéndose por alguna esquina.

Como sabes, el Gordo y el Flaco han resucitado en la planta de criogenización de Kansas city Kansas y acaban de tomar el primer avión para asistir al congreso. Se me ocurren algunos gags en el avión que subiré en cuanto los haya concretado, pero creo que deberíamos darnos un hilo narrativo para no perdernos. Imagino que llegan al aeropuerto y allí les espera Brunelli que se ha enterado de su llegada a través de un telegrama de la azafata de la empresa de criogenización, una admiradora anónima.

Podemos ir pensando en esa escena. Luego llegan al hotel y el Flaco hace una parodia de una escena de alguna de sus películas. Se me ocurre aquella de la estatua griega, femenina por más señas, que se rompe en tres pedazos y el Flaco es incapaz de reponerlos en su sitio. Allí en conserjería tienen un encontranazo con el botones que desea propina. Les adjudicamos una suite y antes de bajar al congreso pueden dormir un rato, con algunas entradas de personajes que se confunden de habitación, como Clarita Alegría. El Gordo decide poner el consabido letrero de no molesten, pero al Flaco no le parece bien y pone otro más llamativo que encuentra colgado de un perchero. Algo así como, por favor molesten a cualquier hora.

En cuanto al director tenemos que montar una gran estructura de cámaras ocultas y espiarle cómo vigila desde su habitación a todos los huéspedes del hotel. Ya iré subiendo ideas conforme se me ocurran. Un abrazo.



De: Slictik2

Enviado: 13/09/2004 21:29





Sin prisas me gustaría ir trabajando un poco el papel del director de cine y de su ayudante, el enano Perlimplín (nombre provisional porque no se me ocurre otro). Se trata de dar otra vuelta de tuerca al perfil de nuestros personajes. Gracias a su ayudante, el enano, el director ha logrado colocar cámaras en los sitios más ocultos e inesperados. De esta manera desde su cuarto puede vigilar y grabar a todos los residentes del hotel. No se puede decir que esto sea muy legal y se las vería con el detective Asta de Toro si éste supiera algo de estos tejemanejes. Pero todo se ha hecho de forma tan discreta que incluso Brunelli, que tiene una diminuta cámara disimulada en la preciosa corbata que mano anónima le ha hecho llegar, está muy lejos de sospechar la encerrona.

El paquete venía remitido por Priscila y Brunelli no ha podido menos de colocarse amorosamente la corbata alrededor del cuello. Olegario odia las corbatas, las chaquetas y todo ropaje incómodo, pero hace este enorme sacrificio en aras de su imagen de seductor. Con estas cámaras se expía lo que sucede frente a Brunelli y todos los gestos de su rostro. Sus manías de hurgarse la nariz, entre otras, quedarán al descubierto.

Cómo ha colocado estas cámaras nuestro simpático enano será objeto de un concienzudo estudio. Desde su cuarto el director espía con mil ojos a nuestros residentes. Y poco a poco va haciendo un montaje muy divertido de los diferentes episodios que suceden en el hotel. Todo esto requiere ser pensado con más calma, pero ahí va la idea. Un abrazo.